Corrupción, crimen y odio. El legado Moreira.

 En su discurso mentiroso por el 6to. Informe, Rubén Moreira, desvergonzadamente  ha empezado a usar el término “legado”. Y si fuera posible que a los escombros en que deja Coahuila se les pudiera llamar legado, este sería un legado maldito, uno de: “corrupción, crimen y odio”.

El más dañino.

El daño no todo es suyo (de Rubén), aunque claramente es él… ¡el más dañino!

El moreirato arrasa desde hace doce años la geografía coahuilteca. Ha destruido, cual ciclón o terremoto, todo a su paso: instituciones, finanzas, cohesión social, La Familia, la empresa privada de muchos ramos, la credibilidad, la honradez, el buen nombre de la entidad.

Antes, sí éramos el orgullo del norte y de México. Hoy somos conocidos por los escándalos y el horror, por corrupción y muerte. Con el lema, solos se burlan.

La ética y la moral ya no son aspiraciones de gobernantes de estos lares. Son ahora, la riqueza fácil, la corrupción, la asociación criminal y la impunidad, esas metas a la Moreira, que son imitadas por tanto ladrón de pacotilla, por tanto remedo de servidor público (por tanto riquillo nuevo). Formaron una escuela de hampones.

“El legado”.

• Corrupción.Que tipo tan ladrón y ventajoso es Rubén. No bastan las obras y los moches, tenía que quedarse con las constructoras y recibir su casa blanca de 100 millones. No bastaron cientos de millones como los de otros, habrían de ser miles de millones del peculado. No bastan los sobornos en bolsas de estraza y portafolios, habrían de ser suburban retacadas de maletas con dólares.

En más de cien mil millones se calcula su ilícita fortuna.

Forzó por vía del agachado congreso un “sistema anticorrupción” (sistema de protección) que solapa las corrupciones de ellos, la de él y de su séquito de bandidos. Llenó de incondicionales los juzgados, los tribunales y las fiscalías. Todos con períodos ampliados, transexenales, que comienzan recién.

• Crimen.

Coahuila no es violento”, dijo el cínico de Rubén, y hasta se dijo contento por ello. Un tipo rencoroso, enojado con la vida, con odios de clase y minusvalías espirituales. Cómo va a estar contento (miente hasta en eso). Podrá acaso gozar el obligar a la sociedad a sus caprichos, el agachar a tantos por miedo o chantaje; podrá disfrutar el ver a tantos empobrecidos y desprestigiados. Pero contento no está, miente. La elección fraude se le escurre “entre las patas”, es tan odiado que le da coraje y sus fechorías se conocen donde quiera que va.

No habrán balaceras en las calles como antes, pero los crímenes están a la orden del día. Los carteles trabajan libres, a sus anchas, pagando cuotas y sobornos. Los feminicidios en Coahuila ya superan los de Juárez y EdoMex. La frontera gringa se ha contaminado de la inseguridad en Piedras Negras y la Ribereña, y del tráfico y trasiego (de Monclova al norte, de Los Manantiales al norte). La carbonífera se contaminó toda, La Laguna es zona de ejecuciones diarias. La Sureste y la Centro son vivienda de capos internacionales. Todo está denunciado.

• Odio.

Por sus modos infelices y por su legado maldito, Rubén Moreira es sin duda alguna el más odiado gobernador de la historia (reciente y futura). Su agresión social es enfermiza. Cuanto se le odia en todos sitios, en todos estratos, en todos los giros empresariales, en las Iglesias y medios. Lo odian sus empleados y empleadores. Es aborrecido en los estratos políticos del centro del país.

El más odiado, implica que cuando menos otro igual también es odiado. Y su hermano Humberto, su maestro y hacedor, es odiado por la gente: por sus mentiras, ilegalidades y tanta corrupción (por su “gobierno de la gente”, en minúsculas; ese  engaño que desvalijó a la gente).

Ahora en Coahuila se odia a la política, se odia al gobierno, se odia a toda huella de Los Moreira y de su inmundicia que ha contaminado todo lo que tocaron. El odio es entre nosotros mismos (odiamos lo que somos y en lo que nos hemos convertido). Por las leyes y códigos, por las prohibiciones y ocurrencias.

Balance y requisa.

Faltan 26 días para que todo se consume. 26 para que Los Moreira se vayan: Anulación de la elección. Otra jornada más limpia y observada. Un nuevo gobierno y la esperanza renovada. Un juicio debido y castigos ejemplares a Los Moreira y a sus gabinetes, socios y tapaderas. Requisa de bienes y dineros, hurtados y de sobornos, de negocios sucios y de los al amparo del poder. El dinero al cajón estatal y los pillos al cadalso.

Dios nos de vida para verlo, y nos de sabiduría para volver a creer.

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