En los dos años de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el Fideicomiso del Ejército para Administración y Pago de Equipo Militar (Fidape) ha crecido casi mil por ciento desde que inició el sexenio, y ya es el tercer fideicomiso más cuantioso del Gobierno federal.
Cuando terminó el Gobierno pasado, el Fidape, creado en el 2007, tenía un saldo de 5 mil 40 millones de pesos, mientras que cerró el 2020 con 48 mil 779 millones de pesos, un crecimiento de 967 por ciento.
La Sedena puede usar este dinero prácticamente para lo que quiera, lo mismo para obras que para compras de equipo, aunque en este rubro lo más caro son los aviones y helicópteros, de los que no está planeada alguna adquisición.
El Fidape podría servir para seguir pagando del 2022 al 2024 los proyectos prioritarios de AMLO, en caso de que Morena pierda este año la mayoría en la Cámara de Diputados y la Oposición se niegue a seguir autorizándoles fondos.
Hasta ahora, el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía y la Refinería de Dos Bocas han sido financiadas exclusivamente con recursos del presupuesto federal.
En el 2020, la Sedena excedió en 33 por ciento el presupuesto que tenía asignado.
De 94 mil millones de pesos autorizados, terminó gastando 124 mil 212 millones, monto sólo superado por la SEP y la Secretaría de Bienestar, aunque no está claro si parte de este excedente fue enviado al fideicomiso o si recibió transferencias directas de Hacienda.
El Fidape no existe por ley del Congreso, sino que fue creado por la propia Sedena.
De 94 mil millones de pesos autorizados, terminó gastando 124 mil 212 millones, monto sólo superado por la SEP y la Secretaría de Bienestar, aunque no está claro si parte de este excedente fue enviado al fideicomiso o si recibió transferencias directas de Hacienda.El Norte.