La negligencia de un profesional suele lastimar gravemente a sus clientes, pero cuando la codicia es la causa de esa negligencia, el daño se vuelve crónico y los efectos negativos cunden como pólvora en llamas.
El regreso al poder de la otrora clase política mexicana costó mucho mas que la perdida de una recién nacida democracia; Este retroceso costo el endeudamiento inmisericorde de algunos estados, particularmente Coahuila y Nuevo León, entidades en las que sus anteriores gobernantes intentan sin éxito justificar un destino licito para los recursos obtenidos por medio de numerosos empréstitos obtenidos ilegalmente y erogados del mismo modo, actos que cometieron seguramente con la colaboración y complicidad de un gobierno federal que parece beneficiario del desfalco y especialmente se nota porque se le ve casado con la idea de ajustar los tiempos, las personas e incluso las matemáticas con el objetivo de asegurar la impunidad de quienes gestionaron esas fortunas, enterrando el asunto ante una ciudadanía que simplemente no se quiere comer lo que el gobierno le sirve.
La sangría económica de esos estados es sin duda signo del modus operandi de un gobierno que endeuda y saquea sistemáticamente y sin dilación el erario de la nación, incrementando impuestos de modo que se reduce la productividad por la carga fiscal y se fomenta el empobreciendo de la población artificiosamente para poder comprar mas conciencias con menos dólares.
Tal vez todo esto parece producto de una novelesca imaginación, pero esta aparente espiral que en cuestión de tres años nos regresa al entorno de crisis donde la devaluación es aberrante, la inflación obvia y el empobrecimiento de la población lacerante se debe terminar.
Hoy de nuevo los capitales se esfuman, el gobierno no paga a sus proveedores y la ansiedad y la crispación social se pueden sentir en la piel.
El pueblo está hasta las hostias de partidos, jueces, magistrados y todo lo que huela a política y gobierno tradicionales o profesionales como les gusta reconocerse, la población desea con hambre intensa romper los esquemas y cambiar de tajo lo establecido, quiere una suerte de revancha que a veces resulta irracional, sin embargo ahora es sin duda la oportunidad para transformar a México, ahora como nunca antes, los mexicanos contaremos con decenas de candidatos ciudadanos para cualquier puesto público, estos nuevos oferentes se alejan del molde establecido, vienen de trabajar fuera del terreno del gobierno, no tienen compromisos ni amarres ideológicos con los bandidos de siempre y presentan una cara limpia y libre de codicia que se debe considerar.
Ahora ubica a esos personajes en tu mira, obsérvalos con cuidado y considéralos como una opción viable, recuerda que solo tu puedes cristalizar la oportunidad de darle rumbo a tu patria cambiándola desde las entrañas, ahora como nunca, los clientes eligen a los profesionales.