¿Y si de plano y verdaderamente un día enviáramos al diablo a las instituciones? La pregunta es un reto en este estado en bancarrota económica y moral que día con día anuncia más tarugadas y supura un líquido corrupto.
A LA DE UNA.– Veinte minutos después de haberse dado a conocer la noticia de la tragedia del Instituto Cervantes de Torreón, en el escritorio de ese delincuente por omisión que es Chema “N”, constaba el expediente del niño que disparo a sus compañeros y su maestra, con los datos de sus ascendientes y el detalle preciso de las actividades que desarrollaban. Lo anterior provisto por la Secretaria de Seguridad Publica de su enemigo Pliego.
Durante la rueda de prensa del encargado de negocios de Moreiras and Bros Inc, manifestó que los hechos fueron motivados en la constante práctica de un video juego por parte del chamaco, ante la actitud sumisa y calladita del tal Chema, experto en las artes de hacerse ojo de hormiga cuando es conveniente.
La caja china del video juego fue considerada por Riquelme como suficiente y libro la pregunta obligada sobre: ¿A quién pertenecían las armas homicidas? y ¿Cuáles las razones por las que el niño se pudo apoderar de ellas? y tan, tan como decía el jefe de la banda siniestra.
Fue a través del noticiero de Ciro Gómez Leyva , que se dieron a conocer los datos de los padres y abuelo del infante y sus antecedentes, así como también la procedencia de las pistolas y que el abuelo estaba siendo investigado por las autoridades e incluso se habían congelado unas cuantiosas cuentas bancarias.
El miedo se apodero de los habitantes del palacio rosado y a cómo pudieron salieron a componer la declaración e incluso atreverse a asegurar que debido a las investigaciones iniciadas por la fiscalía del estado, se había dado con el ascendiente del menor fallecido.
Si algo de siniestro tenía el hoy diputado de mentiritas a la hora de elucubrar sus trapacerías, hoy con su encargado de changarro, nos topamos con un simulador profesional que es capaz de cualquier cosa para sobrevivir. ¿Qué diferencia existe entre tener autoridades o no en el estado de Coahuila? Se lo digo fácil: ninguna.
Vivimos en el mundo imaginado por Tarantino en su película: Pulp Fiction de hace algunos años: las cuentas se resuelven entre particulares y punto.
Una cosa queda clara y es que es necesario que la verdad surja de los tugurios, los antros, los cafés, porque desde las alturas no escuchamos más que mentiras.
A LA DE DOS.- La reunión se celebró en un restaurant de lujo de San Pedro Garza García ante el paisaje montañoso visible por los grandes ventanales del lugar, lo que también fue notorio fue la actitud sumisa y obediente de la Consejera Presidente del Instituto de validación de trapacerías al que convirtió la citada funcionaria al IEEC Gabriela de León.
El comensal que esto me informa refiere que David Aguillón se mostraba como en sus viejos tiempos del moreirismo: arrogante, amenazador y se dirigía a la funcionaria como quien llama la atención a un pupilo.
El tema evidente fueron las elecciones a diputados locales, anunciadas por el ingenuo de Rigo Fuentes como de carro completo para el PRI, por ende era necesaria la operación del plomero de Rubén “N” para asegurar el triunfo, pero no con los votantes, sino a través de la manipulación de datos como sucedió en 2017.
Como ya no hay tiempo de acomodar las leyes electorales, la consigna es a través de los acuerdos del tan degradado Instituto.
¿Y cuál es el afán? Si hoy por hoy, con una mayoría del congreso local perdida en la mesa electoral, de cualquier manera los oficios monetarios convencen la conciencia “opositora” y se traducen en aliados del poder.
Desafortunadamente contamos con una oposición cobarde que desilusiona a sus votantes y al final de cuentas a eso le apuesta el régimen de los Moreiras & Bros. Porque de perder las elecciones hay dinero de sobra de ese que la falta a la UAdeC de sus cuentas mochas.
A LA DE TRES.- Se dice que la idea de la vuelta de la operación mochila surgió de la Dirección Jurídica de la SEDU con tal mal tino que fue opacada por la realidad moridora de los antecedentes de la familia del muchacho del Colegio Cervantes. No dan una las licenciadillas balaceras.