Había una vez una niña llamada Carla Morrison, nacida en Tecate (Baja California para más señas) que tal vez soñaba con la fama y el éxito o que tal vez no lo hacía y que sin embargo en muy poco tiempo ha logrado hacer de su música y de su característica voz un sello que la define y la distingue tan pronto comienzan los acordes de sus canciones o las primeras frases de sus letras…
Al principio irse con la finta por el apellido (¡Claro segurito es extranjera y nosotros tan malinchistas) y después saber que es una cantautora independiente mexicana, hija de padres mexicanos también: Porfiria Flores e Hilario Viera, quien a la edad de 13 años fue adoptado por William Morrison obteniendo de esta manera el apellido. Al indagar un poquito más enterarme de que desde pequeña estuvo expuesta a las artes, lo cual es evidente en su música, desde el dibujo, la lectura de poesía y la escritura de cuentos y poemas; hasta danzas de algunos estilos como la africana y la improvisación jazzística.
Notoria en la melancolía de su voz la aparente timidez que descubrimos es real, pues cantaba en secreto, hasta que poco a poco fue venciendo el temor y en presentaciones tipo petite comitee logró dar a conocer su voz entre sus amigos de la escuela secundaria, lo cual permitió que a los 17 años estuviera más que convencida de que lo suyo era hacer música, decidiendo mudarse a Phoenix, Arizona en donde estudió la preparatoria y luego regresó a Tecate para tocar con diversas bandas de rock de la ciudad tales como Zombras y Revolver, y donde mejoró sus habilidades musicales aprendiendo a tocar diversos instrumentos tales como maracas, panderetas y tambores.
Carla decidió dejar Zombras justo cuando estaban por grabar su primer sencillo y dar una gira por la República Mexicana para regresar a Estados Unidos y reanudar sus estudios musicales, donde aprendió a tocar piano y guitarra además de aprender interpretación vocal e historia de la música y donde reprobaba constantemente por seguir dando prioridad a su oído y no a la teoría…
¿Quién diría que unos años después sería la ganadora de dos Grammys? En el año 2007 conoció a Nick Kizery Nichole Petta quienes se convirtieron en sus músicos creando Babaluca un trío que contó con la aceptación del público estadounidense, ganando el premio a mejor Banda Indie de Arizona en 2008, y el premio Stylos, además de compartir el escenario con bandas como Kinky, Babasonicos y Pastilla entre otros.
La propuesta interesante integrada a su voz le permitió en 2009 grabar su primer EP en solitario obteniendo el reconocimiento del público mexicano y del mundo.
Su música ha sido programada en diversas estaciones tanto alternativas como poperas, pero una cosa es innegable, la voz de Carla Morrison conmueve y sus letras enamoran más allá del cinismo de los tiempos que vivimos y de la falta de fe en el amor…
Se ha presentado en el Festival Vive Latino, en donde rompió el record de la carpa más llena de la historia, agotando también las entradas de su presentación en el Lunario del Auditorio Nacional sólo anunciándose en las páginas de internet, en el 2012 anunció su gira por Europa, en donde su música antecedió su llegada.
Se unió al movimiento Yosoy132 por un México más libre siendo intérprete junto con Natsumi Bustos, Natalia Lafourcade y Julieta Venegas del Himno llamado “Un Derecho de Nacimiento”.
Para todos aquellos que gustan de su música Toluca se engalanará con su presencia el próximo viernes 12 de febrero, cuando se presentará en el marco de su tour Amor Supremo en el Hotel Grand Plaza Imperial en punto de las 21 horas, los invito a no perdérselo por ningún motivo y a disfrutar de la música de esta cantautora mexicana que lleva el nombre de nuestro país a todo el mundo con una propuesta fresca, inocente y llena de amor…
Mientras tanto ¡Vámonos a vivir y a disfrutar de la vida!!
@PalomaCuevasR