De los escombros nacionales.

Dicen que contrasta la solidaridad de los mexicanos, de este terremoto, con el ocurrido en un día similar (19 de septiembre de 1985). La diferencia, es la fuerza y dinamismo de las redes sociales, que en aquella fecha sísmica no existían y que hoy dieron cuenta de la tragedia brutal y de la entrega de miles de mexicanos, desbordados en la salvación de los hermanos desconocidos.

Los mexicanos somos solidarios y generosos en cualquier época (lo fuimos hace 32 años y damos ejemplo ahora). Este temblor pegó a todos. En la CDMX, por ejemplo, murieron niños de un colegio en La Del Valle y fallecieron estudiantes en el Tecnológico de Monterrey. Se cayeron edificios de empresas privadas, del gobierno y de medios de comunicación. Cierto es que en todos estos casos, la gente que menos posibilidades tiene, llevan la peor parte.

De los escombros.

Salió gente con vida de los escombros. Al emerger del abismo terrenal, vieron rostros y sintieron almas que daban su vida por la de ellos. Se rescataron bebés, niños, jóvenes, adultos. Muchas mascotas fueron sustraídas del suelo socavado. La mano paternal de Dios y la bondad del hombre, hicieron una sinergia bidimensional. Si el fin del mundo está cerca (como predicen algunos científicos), se han salvado muchos que al vuelo y sin pensarlo, borraron algún pasado negro, por acciones que dieron vida. Algo ha pasado en México, algo digno de contarse.

De los escombros también resultó podredumbre. Políticos listos para la foto, y tantos ausentes. Ladrones usurpando etiquetas y asaltando a la gente en desgracia. Obras públicas que evidencian materiales malos y deficientes. Burocracia del FONDEN y regateo de fondos para la emergencia. El vergonzoso y patético engaño de la niña “rescatada” y el pleito de los marinos con una televisora.

De México y del mundo.

Solo por mencionar algunos. Google (1,000,000 USD). Facebook (1,000,000 USD). Lady Gaga (2,000,000 UM). Katy Perry (500,000 USD). Salma Hayek (100,000 USD). Neymar ($14,000,000). Cristiano Ronaldo CR7 (700,000 euros). Apple (1,000,000 USD). Papa Francisco (150,000 USD). Aviones con topos internacionales y apoyos en especie de muchos sitios del mundo.

Carlos Slim (5 pesos por cada peso donado). TV Azteca (1 peso por cada peso donado). Gayosso (sepelios gratuitos). Ómnibus (viajes gratis a médicos, enfermeras y rescatistas). Canelo Álvarez (1,000,000 USD). Centros de acopio repletos y generosas donaciones de todo el país (de pobres y de ricos).

Televisoras del mundo deteniéndose en la solidaridad y humanismo del pueblo mexicano y no en el terremoto simplemente. Impresionados de las inagotables imágenes de gente ayudando gente. ¡Orgullo de ser mexicano!, dicen los estudiantes y connacionales en el extranjero.

Los políticos.

La credibilidad del pueblo indignado y damnificado, hacía gobiernos y partidos, se fue al sótano. El repudio es ahora mayúsculo, con desprecio y coraje se refiere la gente hacía quienes gobiernan, legislan o dirigen la cosa pública. El cinismo institucional (en contraparte), es demencial.

Un millón firmaron la petición de suspender campañas y prerrogativas, que los $12,000,000 para los partidos políticos y los 30,000,000 para las elecciones del 2018, se donen a la reconstrucción. INE México y SHCP complicando el procedimiento. Todos presumen dar. No hay cheques firmados.

Patético discurso general. Están bien extraviados los políticos y la política, los partidos y los encumbrados del gobierno. Alucinan y demuestran su arraigo al dinero y su desapego a la gente. Su insensibilidad social por su prioridad electoral.

Dos México.

Hemos visto dos México: uno simple y popular, solidario y generoso, sufrido y entregado, EL PUEBLO MEXICANO. Y en contraste, otro tan diferente, engolado, politizado, monetizado y sustraído del escenario del desastre; entregado al poder por el poder. LOS POLÍTICOS.

Un pueblo pidiendo ayuda, y el gobierno de espaldas. Corriendo a diferentes velocidades y por rutas diametrales. Un pueblo que sale de los escombros con la frente en alto (entonando el himno nacional , cantando Cielito Lindo y dando gracias a Dios). Los políticos, corriendo a salvar el botín nacional (que luego se repartirán) y ofreciendo migajas, por televisión, para salvar la culpa.

A lo gandalla.

Aprovechando que los coahuilenses están atentos a la tragedia y a los estragos del sismo, y sumándose a la ayuda, el cínico desgobernador, Rubén Moreira, ordena otra “reestructuración de la MegaDeuda”, que en español significa: Pedir más millones y disfrazar las cifras (a 69 días de irse).

Mandan el pago a 30 años ($12,000 debe cada coahuilense, niños incluidos, 5 sexenios hipotecados). Se acabaron el dinero en saqueos y empresas fantasma y ahora se pagarán 700 millones más de intereses.

Coahuila también queda en escombros, ¡por ese terremoto llamado moreirato!

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