Este incipiente escribidor, publica solo los sábados, de manera que, como de mañana en seis días habrá nuevo presidente, es este mi último artículo en este fatídico sexenio.
Dedico estas palabras, a la antagónica imagen de un sexenio agotado (liquidado) y a una naciente “idea de gobernar”. Los que se van. Los que llegan.
No se acaba
Siete largos días restan para acabar con el tiempo constitucional de Enrique Peña Nieto (que largo sexenio: por malo, por impune, por corrupto, por soberbio y de un dislate total).
Siete días separan el abismo, cuando menos verbal, entre: el “peor presidente de México” y “la esperanza” que significa para muchos la llegada de López Obrador a la Presidencia .
Rabia y desprecio
La corrupción fue escalando a alturas insospechadas.
Los que roban, aumentaron por orneadas. Les he dicho en otras entregas, que hay “una Escuela de la Corrupción” inaugurada por el PRI-Gobierno, una que reclutó y graduó, durante estos eternos seis años, a camadas enteras de aprendices del crimen y las artes del robo. Cientos de miles en cada camada, son el orgullo del ahora abatido partidazo.
Están ahí los profesores. Esos que enseñan las oscuras ciencias mapaches, las malévolas estrategias del robo y las maquiavélicas rutas del crimen asociado a sobornos. Estos maestros del PRI son los cuadros distinguidos: entre mas ladrones y criminales, mas distinguidos en ese Instituto de la muerte y el saqueo.
La impunidad ha sido el secreto. No castigar a nadie es el camino infalible para que se sientan cómodos al crear empresas fantasma y al operar estafas maestras, para robarse el dinero de los mexicanos, el presupuesto federal. Y cual trogloditas que son, saborear, babeando y regurgitando: los dineros del combate a la pobreza, del desarrollo social, de la salud y el rescate del campo y el desierto. Ese botín predilecto, robarle a los desposeídos, a los desheredados de este México empobrecido para el chantaje del voto del hambre.
Los gobernadores fueron los alumnos del presidente. Imitadores de la soberbia y ladrones como él. Llevaron el tema del peculado a esferas de miles de millones. Toda la generación de gobernadores que tocó a Peña Nieto y que “tocó Peña Nieto”, está podrida. Toda se hizo ladrona y cómplice de criminales. Todos empobrecieron a su gente y enriquecieron para cinco generaciones. Heredaron deudas enormes, quebrado las tesorerías.
Gusto y miedo
“Por eso y muchas cosas más”, reza el estribillo de una canción navideña. Por eso la gente se hartó. Por eso y muchas cosas más, el pueblo castigó con el voto. Por eso Andrés Manuel López Obrador es el presidente electo de México.
Una fórmula explosiva: El voto de castigo a los corruptos y la esperanza de un cambio político de fondo, (que afecte en los social y económico). Ese es el mensaje del 1 de julio, cuando menos ese es el mensaje que yo leo.
Muchos mexicanos quedaron contentos con dar a AMLO el poder. El poder caso total.
Muchos mexicanos están contentos, tienen gusto porque AMLO sea el presidente, que lo será en 6 días. Están con ánimo porque tiene cinco meses mandando, casi en todo, sin haber tomado protesta.
Muchos ven en AMLO a su mesías que viene a rescatarnos de todo mal. Ve en él al incólume que no se mancha y que es impelente a las tentaciones banales del dinero y el poder. Muchos creen ciegamente en AMLO y le perdonan todo. Es para ellos el paradigma que cambiará las reglas y cambiará los renglones de la historia. ¡Lo quieren creer, con vehemencia!
Pero, otros tantos tienen miedo. Miedo a la polarización social. Miedo a la privatización financiera. Miedo a que el unilateralismo vaya creciendo y se convierta en dictatorial. Miedo a las revanchas y a los perdones (castigar a los enemigos políticos y perdonar a los corruptos que tanto daño le han hecho a México.
De mañana en seis
¿Por qué Peña Nieto soltó los bártulos y deja que Andrés Manuel dirija este barco haciendo agua, por qué le deja el timón, es por el miedo al juicio? Es muy probable, quizás también para desgastarlo antes de llegar (como ha sucedido).
Yo pienso sinceramente, con base en lo visto, que López Obrador declara ahora para pavimentar una entrada suave al sexenio. Pero que irá variando sus acciones y pondrá en su sitio a los corruptos. Y bueno, a lo mejor solo tengo esperanza en que así sea.
Hay tanto daño hecho y es tan fácil arrancar con pequeños cambios, notorios. Hay muchas otras promesas que requieren mucho dinero para cumplirlas y tiempo.
El tema del costo del gasolina y energéticos, que todo lo encarecen al subir sin control (y sin piedad de un pueblo empobrecido), es un tema que se complica. Ayer quitaron “el subsidio” a una de las gasolinas y si este AMLO que manda y es todo poderoso no lo impidió, entonces el panorama se torna inarreglable. No subirán tanto el precio desde ahora para que luego, AMLO batalle en bajarlo unos centavos.
Ya se va Peña Nieto y con él su corrupto gabinete. Eso es muy bueno ¡De mañana es seis!