La vida misma se ha encargado de vendernos el boleto de que “conocimiento es poder” y por ahí andan miles tomando cursitos a diestra y siniestra en instituciones patito, en instituciones regulares y hasta en “buenas universidades” (ese concepto me da urticaria, ¿no debieran acaso todas las instituciones que se precien de tener en su inocente intención el moldear la mentes de los universitarios y darles acceso a la “universalidad” del conocimiento, ser “buenas”?) con la intención de tener una ventaja ya sea en el ámbito laboral o en el social que les permita cotizarse en un país en el que el orden de las cosas nos vende un par de premisas interesantes:
1. Si estudias mucho y le echas ganas algún día serás “alguien” en la vida.
2. No hay forma de salir adelante, “el que no tranza no avanza” y “quien nació para maceta del corredor no pasa”. Tan simple como analizar los resultados obtenidos este año en cuanto a las personas más ricas del mundo a los que llamó “Los Billonarios del Mundo” con una lista que incluye a 1810 personas con bienes por un valor superior a los mil millones de dólares y un promedio de unos 3580 millones, estos datos con cierre al pasado 12 de febrero.
2. No hay forma de salir adelante, “el que no tranza no avanza” y “quien nació para maceta del corredor no pasa”. Tan simple como analizar los resultados obtenidos este año en cuanto a las personas más ricas del mundo a los que llamó “Los Billonarios del Mundo” con una lista que incluye a 1810 personas con bienes por un valor superior a los mil millones de dólares y un promedio de unos 3580 millones, estos datos con cierre al pasado 12 de febrero.
Seguramente les llamará la atención saber que de este país de más de 112 millones de habitantes únicamente 14 mexicanos figuran ahí, siendo Slim el mejor ubicado, seguido de Germán Larrea con nueve mil 200 millones de dólares, en el sitio 121.
Posteriormente se encuentra Alberto Bailleres en el lugar 170, con seis mil 900 millones de dólares; Eva Gonda de Rivera, en el 196, con seis mil 100 millones; María Asunción Aramburuzabala, en el 233, con cinco mil 500 millones; Jerónimo Arango, en el sitio 338, con cuatro mil 400 millones, sin olvidar que las comunicaciones son también un vehículo para alcanzar estos escalafones encontramos a Ricardo Salinas Pliego, en el 351, con cuatro mil 300 millones de dólares; seguido de Antonio del Valle, en 666, y dos mil 600 millones de dólares; Emilio Azcárraga Jean, en 854, con dos mil 100 millones; Carlos Hank Rhon, empatado en el 854, con dos mil 100 millones, en los lugares “inferiores” se encuentran José y Francisco José Calderón Rojas están en el sitio 906, con dos mil millones de dólares, seguidos por Roberto Hernández con mil 700 millones; David Peñaloza con mil 500 millones; y Alfredo Harp con mil 200 millones.
A pesar de tratar de imaginar todo ese dinero reunido me resulta imposible, y pensar en que sólo un .0000125% de la población nacional tiene acceso a esas cantidades estratosféricas resulta también preocupante, pues nos habla de una desigualdad abismal en la distribución de la riqueza y que muestra un estancamiento en la movilidad económica del país, que a pesar de los discursos triunfalistas que nos hablan de una inflación históricamente baja ubicando la tasa anual en 2.87%, la mayor desde junio de 2015, esto de acuerdo a los datos divulgados por el INEGI el pasado miércoles 23 de marzo, y que es menor a lo previsto por los analistas consultados por la agencia Reuters, quien la habían estimado en un 2.94% y que desgraciadamente no parece reflejarse en los bolsillos de aquellos que no tienen acceso a lo básico necesario.
Saber que 48 de cada 100 mexicanos que nacen como parte de la población más pobre permanecerán ahí el resto de su vida, a pesar de “intentar” estudiar y de ser parte de la estadística de los que desertan de las aulas por tener que comenzar a trabajar antes de tiempo o para engrosar esas filas de los ahora infamemente famosos “NINIS”, sólo cuatro de cada 100 mexicanos nacidos en el segmento más pobre de la población podrán llegar hasta el penthouse de los más ricos, lo cual nos demuestra que nada es imposible, a pesar de que en leyes de probabilidad es altamente improbable.
Ahora 52 de cada 100 mexicanos que nacen en el segmento privilegiado permanecerá ahí y solamente 3 llegarán al segmento económico más pobre. Me recuerda intermitentemente al sistema de castas de la India, origen es destino y no hay escapatoria aparentemente. Tal vez sea esta la razón por la que la Reforma Educativa tiene tanto valor en esta nación golpeada por la inseguridad, la violencia, el poder de una cultura de “culto al narco” ante la falta de oportunidades reales, o ante la flojera de algunos de intentar ser parte de esos cuatro que contra viento y marea lograrán lo inimaginable.
A fin de cuentas la cultura de lo light, de lo facilito, de lo que no cueste trabajo, de la individualidad por encima del colectivo y del beneficio personal a costa de lo que sea es caldo de cultivo para continuar viviendo de manera barbárica, ¿dónde se encuentra entonces el progreso? ¿es acaso sólo una ilusión a la que decidimos no acceder porque cuesta mucho trabajo?