En este momento la conciencia cívica de los sufragantes norteamericanos está activa, los votantes se han movilizado, desde las cinco de la mañana los centros de votación se abrieron en algunos estados y la afluencia es constante, son, nada más y nada menos que 29 millones de latinos los que podrán votar para elegir 35 de los 100 escaños del Senado y la totalidad de los asientos en la Cámara de Representantes (diputados); también están en juego las curules en 37 legislaturas estatales y serán electos los gobernadores de 36 estados, de un total de 50.
Algunas de las zonas en las que las elecciones son más importantes por la cantidad de votantes latinos están, Arizona, con 23.4 por ciento de posibles votantes, ahí, David García latino, candidato demócrata contiende por la gubernatura; Texas con 29.8 de sufragantes potenciales latinos y en California un 30 por ciento, entre otros (CNN).
Según los diarios periodísticos y algunas encuestas, los temas más importantes que tomarán en cuenta los votantes, son: la migración, la que sin duda interesa a los mexicanos, lo sepan o no, los servicios de salud y el estado de la economía de ese país.
Si los resultados de la elección dieran un triunfo mayoritario a los candidatos del partido Demócrata la agenda de Trump sufriría cambios significativos y se pondría en juego la estabilidad de su gobierno.
A la hora de escribir esta columna, los resultados de las votaciones anticipadas, las que fueron incluidas en la ley para facilitar el voto de las poblaciones rurales lejanas a los centros de votación y se realizan por correo postal o en una mesa entre 48 o 4 días antes del día de los comicios, éstas han despertado el asombro de los analistas ya que se habrían contabilizado 31 millones de personas que votaron de manera anticipada, 9 millones de votos más que las elecciones intermedias de 2014, se ha captado que la proporción de votantes menores de 30 años se ha incrementado significativamente en algunos estados claves y como ya lo habíamos comentado, el voto femenino ha sobrepasado al masculino al menos en 12 estados, me parece que estos son datos que están marcando tendencias.
Aunque en la mentalidad colectiva mundial se percibe a los Estados Unidos como la democracia más fuerte y consistente, sorprendentemente es una de las naciones con altos índices de abstencionismo ya que en promedio, en las elecciones presidenciales vota un 60% de los electores y en las intermedias, apenas llega al 40%, aunque al parecer esta elección pudiera ser la excepción, de no ser así, ese país quedaría como una democracia de disfraz.
Después del mediodía de ayer la tendencia favorecía a los candidatos del partido Demócrata, lo que al parecer era reconocido por Trump por lo que su estrategia seguirá siendo, “todo se vale”, para frenar a sus opositores, aunque detener a la autocracia trompiana será muy arduo porque en ese sistema electoral se puede echar mano de un sinnúmero de trapacerías: los votantes se encontraron que en algunas máquinas cambiaron la selección de votantes y hasta formularios de registro rechazados debido a “errores” administrativos, las fórmulas para amañar el voto están a la orden del día en esta elección (The New York Times) y si no pregúntele a Hillary Clinton.
Como sucede en cada elección en México, en la del país vecino algunas casillas abrieron tarde, las computadoras fallaron y la gente no podía votar, para hacerlo esperaron hasta 3 horas y muchos optaron por retirarse ante la tardanza.
Si los norteamericanos están enterados de lo que ocurrió en México el 1° de julio de este año y cómo a punta de votos se derrocó al PRIAN para buscar un mejor futuro y derribar a la autocracia quizá hagan valer el poder de su voto.
Los centros de votación siguen abiertos, así que los primeros resultados comenzarán a emitirse hacía las 9 de la noche. Además, le recuerdo, cuide el agua, no riegue banquetas ni pavimento, no sea que ocurra lo que en la CDMX que llegarán a una semana sin agua, entérese como les fue.