Filtrados rumores apuntan a la caída de Rubén Moreira Valdez.
Su abrupta salida del poder (su renuncia obligada bajo chantaje judicial), a días de entregarlo. Pasaría en cualquier momento.
Los corrillos políticos son el radio pasillo, el comentario en secretarías de estado, oficinas de gobierno, entre curules del congreso; ahí, se escuchan los rumores anticipados que al poco se vuelven ciertos. Las verdades trascendidas, las indiscreciones y los murmullos del secreto.
Cada vez son más parecidos los gobernadores de Veracruz y los de Coahuila. Cuatro tipos ambiciosos y mafiosos. Fidel Herrera y Javier Duarte, Humberto y Rubén Moreira: en sus formas y en su destino, en el fondo y en sus excesos que destruyeron a las entidades que juraron servir… como se parecen.
Parecidos van resultando los casos judiciales, los eventos mediáticos y las denuncias internacionales por “asociación criminal”. Muy parecidos los casos Veracruz y Coahuila. Duarte está detenido, Fidel Herrera en capilla y Los Moreira en la peor picota de su últimos y accidentados tiempos. Horas, máximo días, para que la guadaña judicial caiga sobre estos personajes.
Las diferencias.
Humberto Moreira ha sido a todas luces el gran protegido del sistema. Pero el canibalismo familiar (de Alma Carolina y Rubén Ignacio) lo llevó a ser expulsado del PRI, a ridiculizarlo quitando su retrato de la galería del tricolor, en evento mediatizado (exprofeso). Parecía que desde el CEN daban la espalda a todas aquellas componendas, arreglos, pagos de campañas (de Peña y otras). Todo fue posible por la intervención de “V”, Luis Videgaray Caso, ante su Clavillazo exclusivo, Enrique Ochoa Reza (líder del PRI). El jefe de Viggiano (es directora jurídica).
Rubén, por el contrario, por sus modos gandallas y por su soberbia, es aborrecido en muchas oficinas gubernamentales del centro. En Los Pinos y Palacio Nacional no es santo de devoción. Por los otros arreglos de negocios, Viggiano Austria recompone (cada vez con mayor dificultad) los diferendos que su esposito crea y los que hereda. Y las balconeadas que ahora suceden exponencialmente.
La cauda que van dejando los hermanos Moreira (tan cercanos y tan odiados) es tan larga y espinosa que ya no hay como disimular. No hay sitio ya donde esconderse. La Cuernavaca de Humberto y el Huejutla de Rubén ya son metropolitanos. Bueno, hasta lo de Chile y el Uruguay quedó cerca (el brazo de la justicia texana ya llega hasta esos rincones).
Ya adquieren en Canadá y más allá, para ganar un poco de espacio, ahora que deban correr. “No corran porque es peor”, dijo el sátiro (y de eso saben bastante).
El circo pre electoral.
El narco escándalo derivado del estudio profesional realizado por la Escuela de Leyes de la Universidad de Texas y de ella la intervención del prestigiado BBC Mundo, ha dado un cerrojazo al caso Moreira. Parece que ya no hay nada más que investigar, que ya nada puede enderezar el barco haciendo agua.
El gobierno federal habría tomado ya una sabia decisión (por la cercanía del 2018). Los Moreira y en particular Rubén, serán condenados.
La caída de Rubén del gobierno sería cosa de momentos. El juicio severo, la publicidad máxima al “sacrificio a los dioses paganos” y la requisa ejemplar del patrimonio estatal esquilmado; son el guión premeditado. La más vistosa carnicería política, está por escandalizar, aún más, al atento público.
Cae Rubén, dicen. Se anula la elección, predicen. Con él, al escarnio, más familia y varios cómplices. Otra vez el retrato de Veracruz, pero a la coahuilense.
¿Han considerado que fuerzas muy poderosas (Los Pinos) hicieron coincidir el “narco escándalo Coahuila”, el estudio de Texas y el concurso de la prensa internacional, con el 6to. Informe de Rubén?
“De Rubén, misma suerte que Duarte”.