El régimen que intenta imponerse basa su dominio ideológico en la manipulación y el chantaje moral. Para lograrlo, arrastra a los mexicanos de manera constante hacia debates que se estructuran a partir de un falso dilema en el que la situación o problemática planteada ofrece sólo dos alternativas: la “buena” que invariablemente es la que a ellos les conviene y la “mala” que es cualquier otra postura.
Así, por ejemplo, nos dicen que: o estás a favor del combate al robo de combustibles, incluso si se genera desabasto y otros inconvenientes o eres cómplice de los huachicoleros y mereces ser repudiado públicamente por tu traición a la patria.
Todo su discurso va empaquetado bajo esa misma envoltura: o estás a favor de la austeridad republicana, de la cancelación del NAICM, de la creación de la Guardia Nacional, de la venta del avión presidencial, etcétera, etcétera, etcétera… o eres un mal mexicano que apoya la corrupción y a los corruptos.
Así, bajo ese debate falaz que nos imponen de manera cotidiana los ideólogos de la cuarta transformación, van construyendo sus apoyos porque, claro, a nadie le agrada el lado “malo” de ese inexistente mundo binario que nos presentan con el único fin de manipularnos y chantajearnos.
En su versión más reciente, el chantaje viene con la forma: o estás con Maduro o apoyas a Trump. Pero ese, como todos los otros asuntos es un falso dilema. La realidad presenta la mayor parte de las ocasiones más de dos alternativas que, a su vez, incorporan distintos matices.
Hay, por supuesto, casos en los que la posición asumida va a coincidir con la de nuestros adversarios, pero eso no debe hacernos sentir mal porque, ni ellos son Satanás ni nosotros somos Dios. Por eso es posible estar en contra del dictador venezolano y, de manera simultánea, rechazar al petulante mandatario estadounidense.
Sin embargo, el régimen que intentan imponer gira en torno a la lógica perversa: o estás con AMLO o en contra México. Evidencia contundente de la profunda deshonestidad que los caracteriza.
@marcelotorresc