Una joya puede encontrarse en el libro “Perú en la era del Chino. La política no institucionalizada y el pueblo en busca de un salvador” escrito por Yusuke Murakami. Su existencia va para diez años, pero en su contenido hay una extraña vigencia.
Así como puede leerse. El volumen, publicado en Lima bajo los sellos editoriales del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y el Center for Integrated Area Studies (CIAS) de la Universidad de Kioto, lleva una sección denominada “Una democracia a la criolla que da importancia a los resultados” (páginas 126 y siguientes) donde se describe –pensado en el Perú, pero encuadrando de manera exacta al latinoamericano-, la actitud frente los asuntos sociales y políticos.
Van algunos extractos:
“El criollismo le da importancia a tomar acciones, en cada fase de las relaciones sociales, para que la situación resulte lo más favorable y ventajosa para quien lo practica. Se estimula la combinación –a veces contradictoria- y máxima utilización de diversas maneras de encarar una situación, de astucia, de escrupulosidad, de ofensiva, de defensiva, de acuerdo con las circunstancias que se presentan…”
“En un medio donde prevalece un pensamiento y una actitud basados en el criollismo, cada individuo solo se fija en la situación inmediata, de corto plazo…”
“… en el criollismo, la persona que con sinceridad en las leyes y las reglas es considerada como un «tonto»… se considera que el «vivo» debe aprovechar al máximo la situación dada para sí mismo y lograr los objetivos previstos, incluso haciendo caso omiso de las instituciones explícitas e implícitas…”.