Desecho del Talento.

Una de las más infames acciones del Estado Mexicano es el tiradero de talento nacional. Al igual que un envase vacío, un envoltorio sin contenido así se le trata. Cosa, objeto para la basura; mandar, echar al tiradero.

Mientras en otros países: Finlandia, Reino Unido, Alemania… el talento es bien preciado, en México nada es y nada significa; posé rango de no existente, de ser abstracto que se arrincona; se le desplaza y descarta. Un país pequeño como República Checa sin casi recursos naturales y apenas once millones de almas, se ha preocupado -al menos desde fines de la Segunda Gran Guerra- por el intelecto y talento de sus nacionales a fin de exportarles. Finlandia -otro caso- no compite con las grandes potencias ricas en recursos naturales como hidrocarburos, minerales, cuantiosos bienes fabriles, agropecuarios… su fuerte y fuerza de los que derivan enorme riqueza financiera, es la exportación de talento, de intelecto.

Como tantos otros bienes y recursos no renovables y estratégicos que se dilapidan en México (gas, pesca, petróleo, minerales, agua, comunicaciones…) también así se desaprovecha, con inconcebible y escandalosa irresponsabilidad, el talento nacional mismo que se ignora y del que, conociéndolo, se prescinde de él. Acción, digamos, de supresión del intelecto y talento. Cabría decir genocidio de ambos.

Si en las naciones pequeñas de recursos escasos no renovables protegen y cultivan aquellos para exportarlos, vueltos así fuente de riqueza y divisas; en las grandes y poderosas, ricas en vastos recursos naturales y humanos los gobiernos – o sea el Estado- estimulan a uno y otro; los cuidan, distinguen, los honran buscando mantenerlos dentro de sus fronteras para que país y habitantes se beneficien del talento poseído por sus connacionales. En México la huida, fuga, el autoexilio de cerebros brillantes y talentosos es conocida/o desde hace décadas. El Estado -sea gobiernos en/sucesión- permanecen impávidos ante tal empobrecimiento y por el contrario, se pavonea(n) ante extranjeros, de mexicanos que largándose del país -por hartos del establischment y del ninguneo paciano- laboran y sirven a otros en tierras ajenas. Es así que todo espacio de gobierno brilla, sí, pero por la ineptitud, ignorancia e ineficiencia de sus empavonados ocupantes.

En lo personal, no sé cómo llamar y calificar semejantes reacción y actitud de quienes han venido manejando nuestra Patria. Este crimen de lesa humanidad: el genocidio de mente/intelecto hermana con otras carencias nacionales por demás dolorosas y dramáticas; desabastos habidos/existentes hoy a ciencia y paciencia del Estado y de quienes -dicen- gobiernan.

Acabamos con cuanto desde mediados del XX llegamos a producir y a exportar en lo alimentario; ahora dependemos totalmente para comer (subsistir) de los USA (a ver hasta cuándo y a qué costos) y se vislumbra ya la dependencia alimentaria de la poco confiable China. Y sí, cierto. Jamás exportamos talento, sus autoexiliados poseedores no cuentan en este caso. Ni lo exportamos y mucho menos aún lo procuramos ni cuidamos en el interior. Todo lo contrario. Ahora; simultáneo a los movimientos de mediados del siglo XX: médicos, telefonistas, costureras, mineros, profesores, electricistas que demandaban derechos humanos y sindicales conculcados tales democracia efectiva, dignidad y respeto, justicia en todos sus órdenes; aparecieron (allá por el echeverrismo) los intelectuales funcionales: individuos con algún grado de intelecto y preparación quienes fueron sagaz, perversa y convenientemente copados por el sistema y que, a cambio de servirlo, junto con el plato de habichuelas también adquirieron reconocimiento, nombre y promociones. El resto de personas con auténtico talento y que son la mayoría comparados con quienes vendieron su alma al diablo ¿qué decir de ellos?…

Basta para visualizar su situación integral con recordar lo escrito por Don Julio Sesto: biógrafo hispano el cual en el prefacio de su libro, La Bohemia de la Muerte asienta que trata ‘’cien biografías de mexicanos célebres en el arte, muertos en la pobreza y el abandono’’.

Célebres en el arte mmm… Gente de intelecto y con talento. No quisiera ni puedo por espacio alargar esto. Pero diré solo que si cual consideró Jaime García Terres hacia mediados del Siglo XX que, ‘’de México hemos desterrado la belleza’’, para hoy desterramos inteligencia y talento a través del ninguneo, los intelectuales funcionales, el abandono…

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Compartir