Nuevamente el Instituto Electoral de Coahuila (IEC), árbitro y responsable de la elección, se ve rebasado en sus funciones y en la capacidad de organizar esta histórica elección, donde se juega el futuro de Coahuila.
Priva una desorganización total en la apertura correcta de casillas (faltó capacitación, faltó difusión). No se recuerda en elecciones recientes una apertura tan lenta, tan bajo porcentaje de casillas abiertas correctamente, ausencia de integrantes de las casillas. Nunca una deficiencia tal, como hoy.
A las diez de la mañana (deben abrir a las ocho), solo el 25% de casillas funciona correctamente.
La buena noticia es que la gente hace cola y grita que ¡quiere VOTAR!
A ello agregue que la difusión legal de ubicación de casillas (en los 3 días previos a la elección) y de la disponibilidad de Notarios (que sancionen irregularidades e incidentes), ha sido nula por el INE Coahuila.
Solo dos debates para gobernador, ninguno para candidatos a alcaldes y diputados, pésima organización y calidad de los mínimos; pero sí, con un costo elevado. Mala organización en recepción de firmas de independientes, de las que solo contaron y contabilizaron las obligatorias. Mala atención a agenda de aspirantes y candidatos para requisitos y registros.
Así de deficitario ha estado el trabajo del IEC.
Luego no se queje el INE de la mala fama que lo precede y de la sospecha de entorpecer el desarrollo de los comicios, con alguna consigna palaciega.