Las criptodivisas vuelven a animarse. Tras los récords de 2021, tuvieron su particular annus horribilis en 2022, pero el sector se está recuperando en los últimos meses. La mejor prueba es la que nos da bitcoin, que ayer volvió a superar los 50.000 dólares de valor, algo que no lograba desde hace más de dos años.
Un BTC a (más de) 50.000 dólares. La criptomoneda ya ha crecido de valor un 16,3% en lo que va de año, y ayer lunes logró su máximo valor desde el pasado 27 de diciembre de 2021. A las 18:56 CEST la criptodivisa alcanzó el nivel de los 50.000 dólares y superó por primera vez esa barrera psicológica tras más de dos años especialmente complejos y llenos de escándalos y debacles. La primera vez que superó ese valor fue en febrero de 2021, pero luego los bitcoin cayeron de forma notable para volver a remontar el vuelo temporalmente.
Otras criptos siguen la estela. Como suele suceder en este ámbito, las subidas fueron generalizadas y otras criptomonedas también subieron de forma notable a lo largo del día de ayer. Ethereum ha subido un 5,79% en las últimas 24 horas según CoinMarketCap y Solana un 7,18%.
Y los exchanges también al alza. Los primeros beneficiados además de los inversores han sido los mercados de compraventa que cotizan en bolsa y que también vieron sus acciones subir de forma notable. Coinbase lo hiz un 4,9 %, mientras que las empresas de minería Riot Platforms y Marathon Digital subieron un 10,8% y un 11,9% respectivamente. MicroStrategy, que lleva meses acumulando bitcoins, subión un 10,2% en bolsa.
Dos factores: primero, ETF. Las subidas están principalmente motivadas por dos factores. El primero, la aprobación de los ETF basados en bitcoin, que permiten a inversores convencionales acceder a estos productos. Aunque tras su lanzamiento hubo una caída del valor de bitcoin y otras criptos, las cosas han remontado desde entonces.
Y segundo, el halving. Se estima que en abril se producirá el siguiente y trascendental halving, un proceso que hace que el ritmo de producción de los bitcoin se divida por dos. Y como cuesta más minarlos, su valor se incrementa de forma notable. Este proceso se produce cada cuatro años y su impacto suele ser notable, así que los inversores suelen prepararse para ese evento y refuerzan sus posiciones.
Pero nada está escrito, y menos en bitcoin. Como siempre que se habla de criptodivisas, las incertidumbres y la volatilidad mandan: bitcoin y el resto de tokens parecen haber dejado atrás el criptoinvierno, pero factores externos —como regulaciones gubernamentales— o nuevos escándalos pueden volver a influir de forma negativa en el valor de la moneda.