El proceso electoral federal que se inició recientemente comienza con algunos absurdos: los partidos políticos pasan a 2° lugar, quedan rezagados frente a los que pretenden ser aceptados como candidatos independientes, son 86 aspirantes a la presidencia de la República los que acudieron al INE a expresar su intención e inscribirse como postulantes, ¿a qué puede deberse el abandono de los partidos políticos? ¿al hartazgo de la corrupción por parte de la partidocracia y al desencanto y la rabia que provoca en la ciudadanía la delincuencia institucionalizada?
Sería interesante poder medir cuánto hay de uno y otros elementos en tan singulares opciones. Entre los aspirantes independientes, sólo están 7 mujeres y 7 fueron expuestos como improcedentes. Por supuesto que la mujer más destacada y conocida por haber sido primera dama es Margarita Zavala cuyo corazón es y seguirá siendo panista al 100 por ciento, su pleito es con la dirigencia del partido, no con la ideología ni los principios que por décadas ha defendido.
Los candidatos que se postulan como independientes no la tienen fácil ya que deberán recabar en el país casi 900 mil firmas de al menos 17 estados y de cada uno de éstos el número deberá sumar al menos el 1por ciento de la lista nominal de electores de ésa entidad, si hubiera algún aspirante coahuilense deberá presentar 41, 691 firmas, el desafío no es pequeño y pienso que pocos o ninguno lo hará, tal vez me equivoque.
Por supuesto que entre los partidos políticos ha cundido el terror con la proliferación de los candidatos “independientes”, porque perciben que podría afectarles en cuanto a que les redujeran sus prerrogativas en el gasto ordinario y eso indujera a reducir su burocracia además de restarles la poca credibilidad que aún tienen, pero con las crisis que padecemos los mexicanos no estamos para mantener más burócratas de los partidos, lo que a los partidos les urge es vincularse con la sociedad, pero están ciegos, no se dan cuenta de que estamos bajo un sistema de corrupción organizada.
La partidocracia percibe la debilidad del gobierno y sabe que por ahí se puede abrir la puerta para que la sociedad civil cobre fuerza, se fortalezca y se revitalice, los jóvenes podrían ser el músculo que reviva a la ciudadanía mexicana.
Volviendo a Margarita Zavala, es incoherente que se llame independiente cuando se cuelga ese membrete después de más de 30 años de militancia panista, lo mismo que Jaime Rodríguez, el Bronco por más de 30 años priista el que además ha defraudado a sus electores y Armando Ríos Piter, senador perredista, entre otros de los que son perfectamente conocidos sus vínculos con el sistema político corrupto y con la oligarquía económica, pero seguramente Margarita es el as bajo la manga de Enrique Peña Nieto porque su marido Felipe Calderón y el hoy presidente han sido cómplices eficaces en las elecciones fraudulentas presidenciales de ambos.
Lo que ahora vemos es que la figura de candidatos independientes muy pronto ha sido estropeada, deslegitimada gracias al desprestigio de los partidos políticos corruptos, antes los aspirantes a algún puesto político saltaban de un partido a otro, ahora saltan por la vía “independiente”, el oportunismo siempre encuentra veredas.
Seguramente lo que detendrá a la mayor parte de los “independientes” será el número de firmas que deberán presentar, la que no es una tarea fácil, de ahí vendrá la depuración.