Hace pocos días un ex conductor de radió con aspiraciones presidenciales que prefiero definir como deseos de servir cometió un grave y tal vez muy trascendental exabrupto ante un auditorio repleto, el comentario cargado de ira se dirigió a alguien que quizás no merece la mención pero tampoco merecía la respuesta.
Entre quien aspira a gobernar y quien desea servir en el entender del escribano existe una gran diferencia, y es que quien “aspira” desea obtener algo de lo que carece, mientras que el que pretende servir ofrece de si y tiene la intención dar. El aludido es Pedro Ferriz de Con, sin duda un hombre “maduro”, muy preparado, ampliamente fogueado en todos los ámbitos de la política nacional e internacional y con las credenciales para dirigir y hacer prosperar proyectos importantes; otra de sus características a veces buena y a veces no, es un desbordante entusiasmo y pasión exacerbada que en ocasiones lo llevan de una aventura amorosa con consecuencias familiares, hasta una respuesta con pendejeada incluida dirigida a alguien a quien en política solo debería ignorar.
El mediocre y generalmente ninguneado conductor y comentarista René Franco, recientemente le dedico a Ferriz de Con una columna acometiéndolo con avidez, en la nota queda de manifiesto la línea editorial pro gobierno del grupo que le paga y que a su ves recibe con que hacerlo de quien protege. Franco, como dejó ver Alejandro Jodorowsky en una entrevista que le concedió, difícilmente recibe a alguien o habla de alguien valioso sin que sea una cucharada de hiel para el entrevistado o aludido, sin embargo, al interactuar con estos sujetos notables lo único que puede suceder es que el inane lengua pronta saque provecho, mejore o se beneficie por la oportunidad.
El presentador pretende ser una mezcla de erudito, filosofo y comediante; sin embargo, pocas veces se puede ver a alguien con tan mal gusto en los medios nacionales, nótese que en lo local (Monterrey) la programación de Multimedios hace honor a la descripción del tigre Azcárraga sobre el mercado de televisa (Los Jodidos) y si las cosas siguen descomponiéndose como hasta ahora a nivel país, seguramente en pocos días encontraremos a Chavana en el lugar de López Doriga, y a René Franco en el lugar que ahora ocupa Adela Micha, no cave duda que poco se puede conseguir en los medios que no promocione el ataque, el engaño o el escandalo a favor de proyectos que paguen.
En materia política desde hace tiempo podemos encontrar a esperpentos como La gordita de Torreón, Lagrimita, El Temo y a un sinfín de ignorantes poco preparados ocupando puestos de administración publica y hasta produciendo leyes (Si se puede pensar que produzcan algo); esta realidad nos puede servir para valorar la actuación de Ferriz, particularmente haciendo contraste con lo que ofrecen los partidos políticos a un costo exorbitante y con consecuencias catastróficas, cientos de inefables grillos viven en una opulencia desquiciante y sin producir nada positivo por esos “Institutos políticos”; del mismo modo nos sobran medios masivos de comunicación que viven de desinformar y confundir a sus audiencias.
¡En verdad os digo! ¡Ferriz es sui géneris, explosivo y disruptivo en la política! Pero…
También lo fue en los medios, en su vida familiar y hasta cuando estuvo enterrado entre los escombros en el terremoto del 85. Pedro puede parecer demasiado orgulloso y sin duda debe aprender, como el mismo lo afirma, a controlar sus arranques y destellos de soberbia, no obstante, nosotros los ciudadanos simples, también debemos aprender a no fiarnos mas de una cara bonita de telenovela que pretende distraernos; de un copete preponderante que no puede pronunciar una palabra compleja en la ONU; de un Chuntaro bailador que come caviar en España, de un Pseudo Licenciado que obtiene fe pública antes de gobernar de todo lo que no va a hacer cuando le demos nuestro voto y de medios que solo quieren que regresemos a lo mismo de siempre para sacar provecho.
En pocas palabras: ¡HAY QUE DEJAR DE SER PENDEJOS! que no nos afecte que nos lo digan, y debemos actuar para corregirlo, siendo sui generis, explosivos y sobre todo disruptivos en nuestras elecciones.
¡Que Dios Nos Bendiga!
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