Una amplia difusión se le ha dado a la aprobación de la reforma electoral para el estado. No obstante que había un inexplicable retraso, y presionado por una resolución judicial promovida por dos ciudadanos con intenciones de participar como candidatos independientes, finalmente fue votada, en el congreso del estado, por unanimidad en lo general.
La nueva reglamentación tiene como novedades un amplio incremento en el porcentaje de firmas, con relación al padrón, para constituir un nuevo partido, pasó del 0.26 al 1.5 %. Es evidente que por la nueva legislación y por el sentido de las resoluciones de los tribunales electorales, la multicicidad de partidos locales ya no les es funcional a sus apetitos de control electoral y en el congreso.
Incluye entre otras cosas disposiciones que aseguran la igualdad de género, determina que el 3% será el porcentaje de la votación para mantener el registro de los partidos, elimina la posibilidad del trasvase de votos de un partido a otro, las multas a los partidos serán destinadas a ciencia y tecnología y los candidatos deberán presentar para su registro las declaraciones patrimoniales, la fiscal y la de intereses.
La novedad más difundida y en la que el gobierno del estado ha puesto el énfasis tiene que ver con la reglamentación para ser candidato independiente, destacadamente solicitar solamente el 1,5 % de firmas de los electores. Previamente se hicieron correr versiones que apuntaban al endurecimiento de los requisitos y condiciones, tal vez, para que cuando se aprobara, ésta muy laxa normatividad, fuera más y mejor ponderada.
Flexibilizar los requisitos para las candidaturas independientes no es una generosa y desinteresada decisión de Rubén Moreira, no tiene que ver con facilitar la participación de ciudadanos interesados en los asuntos públicos y comprometidos con las causas más sentidas en la comunidad, ni con enriquecer la democracia electoral o fortalecer la participativa, es sencillamente facilitar las condiciones que, piensan, le proporcionarán la fragmentación del voto opositor y con ello asegurar la victoria del PRI con el solo voto de su estructura clientelar.
Tienen, desde mi punto de vista, una visión correcta, el PRI muy difícilmente disminuirá sus votos clientelares, los cientos de miles de apoyos de desarrollo social y la amplia y privilegiada atención que desde el gobierno se les presta les puede asegurar una respuesta favorable a sus intereses, pero estos votos no serían suficientes para asegurar el triunfo a menos que el resto de los sufragios se canalicen a muy distintas ofertas políticas.
Por eso necesitan que se multipliquen los candidatos independientes, desde el Moreirato promoverán algunos. Con el voto orientado por la opinión pública mayoritariamente en contra la fórmula parece muy obvia, blindar su voto duro y dispersar el opositor.
Y en sentido contrario, para ponerle FIN AL MOREIRATO CORRUPTO, se requiere no fraccionar la oposición, formar una muy amplia alianza en contra del Moreirato, tener como candidato al mejor posicionado, poner como la más alta aspiración recuperar nuestro estado, rescatarlo de la lacerante corrupción e impunidad y generar condiciones de esperanza. Será oportunidad para descubrir en los afanes de participación los sentimientos dignos, nobles, generosos y también los ruines, viles, mezquinos.