Adelgaza gobernador nómina sindical ¡provocando la muerte de maestros!
Es triste, muy triste ver a nuestros maestros de antaño, con su montón de años sobre las espaldas, permanecer en casas de campaña, en la frialdad de la noche, custodiados por un puñado de amenazantes policías que protegen las puertas de Palacio de Gobierno, a la espera de que un gobernante deshumanizado, apático e insensible, se digne a atenderles, a escuchar sus reclamos, a buscarle una solución a lo que sí tiene solución: sus justas demandas.
Porque los profesores no están ahí, luchando contra las inclemencias del tiempo, para recordar los días de campo que realizaron llevando a sus alumnos de la mano, no resulta placentero, a estas alturas, poner en riesgo su integridad física. Por si no se ha dado cuenta, permanecen ahí, de pie, con la cabeza en alto, en una forma de exigir, de reclamar lo que les pertenece y que les fue arrebatado por los integrantes de una familia que ostenta, en Coahuila, el poder y la fuerza en todos sus aspectos. Dos personajes que tienen nombre y apellido, dos maestros que tomaron por asalto las riendas del gobierno gracias a otro profesor, su hermano.
No es posible que el estado cuenta con un gobernante que se hace llamar adalid de las causas nobles, gran defensor de los derechos humanos de los africanos y hasta de los franceses, arroje insultos a Donald Trump porque habló mal de los mexicanos mientras aquí, en este pedazo de tierra, sea él quien atente contra un puñado de ancianos que, exponiéndose a todo, reclaman lo que les fue arrebatado.
¡Qué vergüenza! ¡Qué pena! que quien habla de “Nuevas Formas de Gobernar”, de sonreír, de activarse, y quién sabe cuántas estupideces más, esté buscando la forma de adelgazar la nómina de Pensiones de la Sección 38 enviando al cementerio a miles de hombres y mujeres que dedicaron la vida entera a la enseñanza. Y no solo la vida entera, también parte de sus cheques, de su salario, del dinero trabajado por ellos y puesto a “buen resguardo” en su Fondo de Pensiones y en sus Clínicas Magisteriales, ha desaparecido.
¿Quién lo tiene? Dice el Obispo Raúl Vera que son alrededor de 34 mil millones de pesos los que se “esfumaron” de ese Fondo de Pensiones y de las clínicas de la 38. Y eso es lo que reclaman los maestros. Su dinero, lo que les pertenece, lo que les arrebataron los hermanos que viven del poder en el poder.
Porque no era dinero del gobierno, ni dinero del líder sindical, ni dinero de sus cuates, o dinero para hacer campañas políticas en favor del PRI o para que la gente se vista de color turquesa o sepa la madre qué color. Ese dinero que saquearon el gobernador, su hermano y sus secuaces tenía dueño. Tiene dueño. Pertenece a esos maestros que hoy mueren, porque este grupo de pillos cargaron con lo que no es de ellos.
La 38 vive una situación caótica de enormes dimensiones, dentro de unos meses ya no se podrán cubrir las pensiones de los maestros jubilados, en un corto plazo de tiempo ya no se podrá pagar el salario de los médicos de las clínicas de esta sección sindical que se encuentra hundida ya en serias carencias. Ahí no hay medicamentos para nada.
Se redujeron al máximo los gastos de operación, ya no se prende el clima artificial porque se gasta mucha energía eléctrica, ni las calderas porque se consume mucho gas. A los médicos se les retiraron las viejas impresoras que tenían a un lado de sus escritorios para lograr más ahorros, alguien les dijo a los líderes sindicales que con eso ahorrarían mucho dinero; no hay sábanas, ni almohadas, ni materiales de limpieza.
Los quirófanos han debido cerrarse, en ocasiones, por la falta de productos para esterilizar el lugar. Los especialistas ya no van más que una vez a la semana, si bien les va a los maestros y las recetas no pueden surtirse más que con dinero, tan propio como el que les robaron, en cualquier farmacia de Coahuila.
¿Y quién es culpable de esta crisis? Nada más ni nada menos ese gobernante altanero y prepotente, pagado de sí mismo, que mañosamente envió reformas de ley de pensiones y derecho a la salud a un Congreso del Estado integrado por serviles diputados a los que, hoy sabemos, se les pagó su voto a favor de esas nefastas reformas con dinero del erario público y, posiblemente, con dinero robado a los maestros.
Que no salga ahora el hermano de Humberto Moreira con que no les debe nada a los maestros, porque las reformas a la ley –sus reformas– les proporciona armas propias, las leyes, por si no lo sabe el gobernador que se dice “licenciado” y “profesor”, no son retroactivas y el gobierno de Coahuila, que no él, tiene una deuda con el magisterio de más de 600 millones de pesos y tiene la obligación de pagaren una sola exhibición estos recursos.
Aquí hay que llamarle a las cosas como se llaman, no andar con rodeos. El gobierno de Coahuila, con apoyo de unos líderes sindicales, en mala hora se apropió, se apoderó, robó el dinero de los maestros y les provocó con ello un quebranto financiero del que no podrán salir, porque como dice quien se siente amo y señor de vida y haciendas “ni tiene nada que hablar con los profesores ni mucho menos les debe nada”.
Solo que, este “señor” gobernador que hoy asesina con sus acciones a nuestros viejos maestros, no tiene toda la verdad en sus palabras y sus dichos y sus leyes o iniciativas de reforma son ilegales. Los maestros deben asesorarse con algún buen bufete de abogados, que no estén ladeados hacia los intereses de este gobierno que todo lo corrompe.
Las iniciativas de ley que envió el “Jefe del Ejecutivo” al Congreso del Estado no solo son ilegales, están firmadas por quien se ostenta como “licenciado” sin serlo y esto es grave delito. Por eso las reformas deben ser echadas a la basura, al igual que los nombramientos otorgados por el “Licenciado”.
En fin, que grave lo que sucede con los profesores y que lamentable que un mandatario, cuyos padres y hermanos y demás familiares se dedicaron o dedican a esta noble profesión, sea quien les clave un puñal en la espalda.
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