Esta semana se presentó en China un dron lo suficientemente grande como para transportar pasajeros humanos y el fabricante EHang espera que el vehículo pronto pueda funcionar como taxi volador.
El EHang 216 alcanza una velocidad máxima de casi 130 kilómetros por hora. Es autónomo, ya que recibe instrucciones a través de una red telefónica 4G o 5G desde un centro de comando o control.
Puede transportar una carga de hasta 220 kg y cubre un rango de hasta 32 km. El avión es completamente eléctrico y se puede cargar en una hora enchufándolo a la red, dice EHang. Además, no requiere una pista para despegar.
EHang dijo: “La tecnología de vuelo autónomo elimina la posibilidad de falla o mal funcionamiento causado por errores humanos”. Añade que “los pasajeros solo tienen que sentarse y disfrutar del trayecto sin necesidad de preocuparse por controlar u operar la aeronave”.
A principios de este año, se otorgó a la compañía la primera licencia del mundo para usar drones en el transporte de mercancías en China. Hu Huazhi, fundador, presidente y director ejecutivo de EHang, explicó: “Estamos encantados de que la AACC (Administración de Aviación Civil China) y EHang lideren la primera licencia comercial de prueba del mundo para vehículos aéreos vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) para usos de logística aérea. Esta aprobación es de gran importancia.
“Para EHang, eso nos permite aumentar nuestra ventaja como pioneros y acelerar la comercialización de la tecnología UAV y soluciones de movilidad aérea para fines logísticos”, agregó. “También sienta las bases para que los reguladores de todo el mundo exploren y establezcan conjuntamente un entorno regulatorio coordinado, que apoye y sea sostenible. Esto beneficiará al desarrollo a largo plazo de las prometedoras aplicaciones de Movilidad Aérea Urbana (MAU)”.
AeroMobil ya ha realizado pruebas de vuelos con los drones de pasajeros en Eslovaquia y Kitty Hawk ha hecho lo propio en Estados Unidos. Los expertos han predicho que el mercado de coches voladores podría tener un valor de 1000 millones de dólares en 2030.
La mayor barrera para los coches voladores es la regulación, especialmente en el Reino Unido, donde la Autoridad de Aviación Civil (CAA, por sus siglas en inglés) fija las reglas.
La CAA ha dicho que cualquier vehículo volador sería tratado exactamente de la misma forma que otras aeronaves ligeras y que pasarán “muchos años” antes de que puedan volar sin piloto.
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