Me dice un amigo veracruzano, imagina a un gobernador malo, que odia a la sociedad, (la espía, la graba, la censura, la persigue y castiga de toda forma, muchas veces para quedarse con sus propiedades y negocios), le contesto no solo lo imagino, lo sé; acá en Coahuila tenemos uno igual. Luego me quiere convencer de que el de ellos (este ladrón y malvado Duarte) es más maldito, y agrega, imagina que para robar muchos millones invente empresas “fantasma” y compras “mentirosas”, (que no existen ni unas ni otras); y no me cree que acá, con Rubén Moreira; es igual o peor.
Replica, está enredado en todo negocio posible y sus propiedades son tantas bajo prestanombres y su riqueza es inexplicable, (salvo por el peculado y los sobornos). Y le pregunté, ¿allá también le mandaban suburban retacadas de maletas con dólares, como en la justicia de Texas declararon, le mandan a Rubén Moreira?
Al fin cede y me dice, empatados. Dejando mi argumento mejor (más doloroso) al final, le digo… imagina ahora tú, que este monstruo fuera el hermano del gobernador anterior, tan ladrón como él, tan mentiroso como él, tan mafioso como él, y que le heredara el poder para tapar todo y que llevaran en el poder once años y que estuvieran corrompiendo todo para seguir otro sexenio más. Exhausto me dijo, ¡podemos estar más mal en Veracruz!
Cuando ya me despedía, me dice ¿y ese monstruo de ustedes también mata periodistas y sacerdotes, solo porque hablan de sus tropelías? Me dejó pensando en todas esas muertes en Coahuila, “sospechosas”. Dios nos bendiga, terminó y colgó el celular.
La lectura es buena, sea como sea. En funciones se juzga al primero. Renunciando para ello. Dando ejemplo, tibio e insuficiente, pero dándolo. Un gobernador de tantos que andan desatados y que se empeñan en hacer daño a la sociedad que les dio el poder, dimite e ¿irá al patíbulo?
Tarde cae el primero de tantos, pero ya cayó uno. Hay camadas completas que están contaminadas de soberbia, corrupción, impunidad, opacidad y crimen; en sus gobiernos. Que Javier Duarte De Ochoa, sea el primero, es una doble buena noticia; ha resultado un troglodita en el poder. Su gobierno, es avasallador y cruel, ligado a atrocidades indecibles.
La solvencia moral del gobierno de la república se ha perdido, sus evidentes corrupciones, desde la cúpula y en todo nivel, hace que ahora no pueda detener y menos juzgar a tanto pillo. Ha bajado a treinta puntos de cien su aprobación, su calificación; está reprobado. Y buena parte de ello, está en haber dejado sueltos a los gobernadores, que ensoberbecidos golpean al pueblo. Que golosos roban del cajón y hacen tantos negocios desde el poder. Que corrompen todo a su paso y opacan toda cifra (mintiendo descaradamente) y dejan al crimen actuar o se asocian con él.
¿Quién sigue de juzgar?: Los Moreira (Humberto y Rubén Moreira), el otro Duarte, Rodrigo Medina, Guillermo Padrés, Borge Angulo, Egidio Torre, solo de esta reciente camada… “la camada perdida”, porque no hay quien se salve. Y tantos del ayer reciente que se fueron a disfrutar su dinero mal habido.
Debe juzgarse cuando antes, bien (con debido proceso) a todos los gobernantes ladrones. Parece corrompido todo en el poder y de ellos, todo lo que tocan. ¿Quién se salva del juicio social, que los ha sentenciado de culpables.
Pero, urge sean sometidos al escrutinio de la ley, a juicio severo y terminal (sin dilaciones, amparos eternos; ni protecciones por dineros anteriores).
Que no lo duden…La justicia divina los quemará, en el fuego del infierno.
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