Con el tema migratorio como “talón de Aquiles” de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador “se encuentra entre la espada y la pared”, en tanto que México está perdiendo las negociaciones con el presidente estadunidense Donald Trump, así como “su dignidad, su soberanía y el liderazgo en América Latina y América Central”, consideró el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra.
Señaló que el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, llevó a López Obrador a un “callejón sin salida del que no tiene posibilidad de reversa, a menos que el presidente reaccione y tome la decisión de no aceptar que México se convierta en el ‘tercer país más seguro’ e irse a litigio internacional para recuperar la dignidad y dar la mano a nuestros hermanos centroamericanos”.
Solalinde, quien visitó esta ciudad para presentar su libro “El Reino de Dios” y ofrecer algunas conferencias, cuestionó el hecho de que el gobierno de López Obrador “con una mano está ofreciendo un plan de desarrollo integral y respeto a los derechos humanos de las personas migrantes, pero con la otra está poniendo a la Guardia Nacional, deteniendo, encarcelando y deportando a las personas”.
Comentó que mientras la estación migratoria de Acayucan, Veracruz, tiene una capacidad para 800 personas, en este momento hay más de 2 mil hacinadas y mal atendidas, (lo que) es un maltrato que da México a las personas centroamericanas”.
El prelado dijo que, si bien a través de López Obrador México está iniciando un cambio en el ámbito migratorio, “las personas encargadas de trabajar ese tema no han tenido la capacidad para responder adecuadamente a este propósito”.
En cuestión de migración, expuso, “podemos ver que la Secretaría de Gobernación no fue capaz de responder a ese cambio uniéndose al propósito de voltear a América Central, ver un desarrollo integral basado en el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes”, pero la Secretaría de Relaciones Exteriores “tampoco está haciendo bien las cosas”.
En estos meses, refirió el defensor de los derechos humanos, se ha visto en México “un fracaso, porque ha habido bandazos: primero les abrimos las puertas (a los migrantes) y luego no, por lo que hay una incongruencia en esto”.
A juicio del sacerdote, el miércoles de la semana pasada México tuvo la oportunidad de hacer un cambio muy importante cuando los demócratas y los republicanos en Estados Unidos estaban dispuestos a ayudar al país en su defensa legal contra el 5% de aranceles a los productos mexicanos.
“Marcelo Ebrard tuvo todo ese miércoles para tomar el camino de la dignidad de México, para exigir respeto e irnos a tribunales internacionales como la Organización Mundial del Comercio y pelear esto”, pero “aceptó ese juego de sumisión, humillación y vergüenza para México, y en aras de ese 5% traicionó la tradición de México” y, “lo más triste, empiezan a deportar niños, niñas, mujeres”.
Como consecuencia del acuerdo, indicó, dentro de 45 días México va a tener que presentar todas las cifras “demostrando que se detuvieron, encarcelaron y deportaron a muchas personas, como no se tiene idea, pero esos no son los números que cuentan, sino los que va a contar allá Donald Trump”.
Anticipó que Estados Unidos no va a aceptar que hubo un decremento de migración, “eso olvídense, no lo va a haber porque Donald Trump no lo va a permitir, no le va a dar la estrellita de buena conducta a México, él no va a perder la oportunidad de seguirse posicionando para lograr tener la reelección”.