El gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica reconoció que un bombardeo de la Coalición Internacional pudo haber sido dirigido contra militares del Ejército sirio, y no contra integrantes del Estado Islámico, este suceso provocó que se convocara una reunión extraordinaria y urgente del Consejo de Seguridad de la ONU por petición de Rusia.
Luego de que voceros rusos afirmaran que el bombardeo dejó 62 muertos, y señalaran a Washington como el principal responsable, el Pentágono lanzó un comunicado en el que señaló que la ofensiva fue precedida por un operativo de seguimiento en el este de Siria, donde se habría captado presencia de yihadistas.
Sin embargo, el ataque fue suspendido cuando oficiales rusos notificaron a los estadounidenses que la base pertenecía a las tropas del gobierno sirio, no a las del Estado Islámico.
Este bombardeo agudiza la tensión entre EEUU y Rusia, produciéndose al final de la tregua alcanzada por los dos países este 9 de septiembre.