El agua, desafío presente y futuro.

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El Gobierno Federal realizó un recorte de más del 50 por ciento al presupuesto nacional destinado al agua para este año. Los expertos aseguran que éste es un problema que no va por buen camino, y que mucho menos puede decirse que esté resuelto, ya que el modelo de gestión que se mantiene es ineficiente.

La Constitución contempla el derecho humano al agua. A pesar de ello, se aprobó disminuir el presupuesto para su gestión que pasará de 42 mil 400 millones a 26 mil millones, lo cual no ayudará a resolver un tema que presenta grandes rezagos. Por esta razón, lo que se espera es un retroceso importante en esta área.

De entrada hay que establecer que este recorte presupuestal es inconstitucional, es violatorio del artículo 4° constitucional, que se vincula también al artículo 1°, el que establece en los derechos humanos los principios de interdependencia, universalidad, indivisibilidad y progresividad. Este último significa que todas las autoridades deben avanzar gradualmente en la protección de los derechos humanos, por lo cual no puede haber retroceso. Y el recorte presupuestal es una medida regresiva, dinamita pura, porque el tema del agua compete y le pega a todo el mundo. Su escasez puede generar grandes problemas de inestabilidad social.

Hay estudios que subrayan que el agua en México manifiesta altos riesgos, como la sobreexplotación de las cuencas: de los 645 acuíferos nacionales, 107 están sobre explotados; hay problemas muy graves de la calidad del agua: más del 95 por ciento de los ríos del país tienen algún grado de contaminación; igualmente hay una grave discriminación en la distribución del recurso. Es alarmante el dato de que en la década de los 50 cada mexicano contaba con 11 mil metros cúbicos por persona al año, hoy la tasa ha bajado a 4 mil 060.

Estos datos indican que el modelo de gestión que el país requiere debiera ser de gran eficiencia, lo cual no sucede. Lo que se comprueba es que cada año estamos peor, sabiendo que el recurso no es infinito y que en general se maneja con una infraestructura caduca que continúa deteriorándose, y requiere renovarse.
El agua debiera ser una prioridad en la administración pública general, pero no lo es. Los organismos que tienen resuelto el problema a nivel nacional no son más del cinco por ciento; León, Culiacán, Monterrey y Tijuana son los más sólidos y son la excepción.

Estamos entonces ante la necesidad de un nuevo modelo de gestión, un nuevo paradigma en el que la participación de la sociedad se asegure porque, en general, los gobiernos presumen los “altos” niveles de cobertura, pero dejan de lado la calidad, la verticalidad, la regularidad, la asequibilidad al recurso, sin las cuales esa cobertura caería de manera importante.
Hay que innovar en cuanto a los mecanismos de participación social para proteger el agua, en ellos las mujeres podrían jugar un papel primario por ser mayormente las administradoras del agua en el hogar, son una energía social desaprovechada hasta ahora.

La privatización del agua avanza, promovida por el propio Gobierno Federal y los estatales; contra ella, las organizaciones civiles agrupadas en la Coordinadora Nacional Agua para Todos, Agua para la Vida presentó, en 2012, la iniciativa ciudadana de la Ley General de Aguas, que promueve el uso sustentable del recurso y el derecho humano al agua, en la que se establece que el agua es un bien de la Nación que proviene de la naturaleza y en la que se conmina a llevar la democracia al agua.
Para fortuna nuestra, en Saltillo tenemos un grupo de expertos que desde hace 15 años mantiene la lupa sobre el funcionamiento de Aguas de Saltillo (Agsal).

Ellos son la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo (AUAS), quienes han dado cuenta de los abusos y violaciones a la ley por parte de Agsal. Esta semana, con su asesoría, un usuario ganó un amparo en el que denunció el corte del servicio, lo que constituye una violación del derecho humano al agua. El juez Carlos Aldo Vargas Esguiarte ordenó a Agsal suspender el corte.
La lucha en defensa del agua no es estéril, usted también puede contribuir a asegurar este indispensable recurso para la vida de todo ser.

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