Continuando con el tema del atraco que Riquelme aprobó hará unas semanas a fin de que los mentores de la Sección 38 en activo pagarán las tropelías que tanto los Moreira Bros como el gerente mismo hicieron al sagrado Fondo de Pensiones del magisterio.
El grave saqueo al patrimonio de los trabajadores del magisterio de la Sección 38, inició en los años ochenta del pasado siglo, cuando los luchadores sociales como: Severino Calderón, Felipe de Alba, Abel Suárez, Nicéforo Rodríguez entre muchos, fueron jubilados o fallecieron y sus lugares fueron ocupados por el lumpen magisterial y pero aun los que servían a estos con lisonja y sin escrúpulos, los nuevos reyecitos que cargaban el portafolio de los líderes, lustraban sus zapatos, conseguían sus mujeres y taponeaban sus trapacerías, esa 3era generación de sátrapas, terminó con los fondos de pensiones y los servicios médicos.
La primera fase del saqueo en forma, sucedió en 2005, en plena precampaña de Beto Moreira a la gubernatura, quien utilizó los oficios de su alma gemela y hermano Carlitos, a fin de establecer la plataforma de arañas, es decir, que cada profesor invitará a 5 personas a votar por Humberto a fin de formar una telaraña de simpatizantes, que en parte aportaron un gran número de votos al bailador sinvergüenza.
Posteriormente se dieron cuenta del gran botín que regía en la Sección 38, sin la vigilancia del comité nacional y a instancias del otro saqueador, el dictador Rubén N, mediante pase de trampolín llevaron a Carlos N a la dirigencia de la 38 y ahora sí a meterle mano a todo lo que oliera a billete en el sindicato.
Desde esa plataforma el dictador coahuilteco que sigue dictando órdenes en Coahuila, pudo ir apuntalando su campaña para gobernador, en una especie de revancha motivada por los más oscuros sentimientos de desprecio y múltiples complejos que carga como piedra, el citado personaje.
Como mencionaba y a manos llenas (al estilo Bejarano) en 2011 el dinero salía de las cuentas del fondo para alimentar la campaña a la gubernatura, ya que era de sobra sabido que ya no se podía echar mano de los recursos federales, porque los panistas habían sido advertidos por Memo Anaya de que las cuentas del gobierno de Humberto “N”, debían ser revisadas con lupa.
Con dinero del Fondo se mandaron imprimir posters, se instalaron promocionales, se compraron camionetas de traslado, se “aceitaron” lideresas, se entregaron tinacos, despensas y se compraron conciencias opositoras a fin de que el impopular, déspota y acomplejado candidato pudiera llegar a ser gobernador, un sueño que nunca tuvo, pero que fue acomodándose con tal mala fortuna para los coahuilenses.
Durante su sexenio nunca se repuso el dinero sustraído y al contrario continuaron las trapacerías ahora para la suburban de Carlitos, su nueva casa, viajes, la boda de su hija y múltiples complacencias a través de su séquito de lacayos (uno era su chofer y el otro era el que asaba la carne, y los hizo secretarios generales).
A finales de su periodo oscuro y nefasto, el dictador se enfrentó a un magisterio enardecido por el saqueo y la mala calidad de sus clínicas, llegando al extremo de promulgar leyes a fin de que los profesores cooperaran con su pensión. (“No vive tu padre, si no se volvía a morir”, le gritó en una ocasión una enojada maestra a las puertas de palacio y es que el profesor de verdad, Don Rubén Humberto Morería Flores, fue un luchador de la causa magisterial reconocido y apreciado).
La papa caliente fue heredada al encargado de negocios de la firma Moreira Mob and Bros y con grave desatino quiso imponer de nuevo esa ley, que fue impugnada y echada abajo por un grupo de valientes mentores, mediante amparo ante la Suprema Corte de Justicia.
La preocupación del gerente de negocios derivada en chorrillo o seguidillo, se generó por el hecho de la omisión de pago del gobierno y de las demás asociadas del servicio médico de la 38 a saber: 2,800 millones del Gobierno de Coahuila, 414 de la UAdeC y 208 de la Narro, esto además de los desvíos millonarios y los sueldos de los encargados del fondo de pensiones: Treviño Saldaña 200 mil pesos mensuales y los familiares de la Jícara con sueldos de 70 mil pesos haciendo menos que nada.
El propósito del nuevo atraco es fortalecer la campaña del príncipe Manolito, que no despega, pero ha como apaña. Otra deuda más tendrán los profesores y el planteamiento es muy sencillo: ¿seguir siendo zombis del Moreirato o despertar y luchar por sus derechos lastimados? Dicen que la respuesta está en Mejía Berdeja. Veremos.