Las compras de pánico de combustibles que se vivieron en la semana en algunas ciudades de Coahuila y en un buen número de entidades en el país, y el cierre efectivo de gasolineras por la falta de combustibles son sólo algunas de las consecuencias visibles del caos desatado por el presidente López Obrador y su equipo de inexpertos que, en su intento por darle al violín, le pegaron al violón.
Obtusa como es su visión, prepararon una serie de medidas para acabar con el robo de combustibles; pero, en vez de hablar con las madres de los “huachicoleros” como AMLO prometió en su larguísimo discurso de toma de protesta, se les ocurrió cerrar ductos y replantear todo el sistema de distribución de combustibles, lo que trajo como consecuencia un desabasto de gasolinas como nunca lo habíamos vivido en México.
Carente de la honestidad que tanto presume, AMLO, en lugar de reconocer que equivocaron la estrategia y de ofrecer una rápida solución, hizo lo que tanto acostumbra: negar el problema y culpar a los demás.
Sin ofrecer prueba alguna, desató una cortina de humo lanzando acusaciones a diestra y siniestra, tratando así de tapar el sol de su desastre, con el dedo de sus mentiras.
En una de sus múltiples barrabasadas, incluso se atrevió a culpar a los propietarios de vehículos de cargar más combustible del necesario, ocasionando con ello la falta de gasolinas en varios estados del país.
Explicación, por cierto, muy semejante a las que ha dado el inefable dictador venezolano Nicolás Maduro en torno a las múltiples carencias que viven en aquel país.
Nos toca, pues, a los ciudadanos pagar los platos rotos de la irresponsabilidad y la improvisación del gobierno federal. Hay una elevada probabilidad de que todo el sexenio vayamos a tener situaciones como la que estamos viviendo y, por eso, debemos estar preparados.
Al menos, desde el Congreso de Coahuila nuestra apuesta es por la cautela. Porque estando al frente de la Presidencia Andrés Manuel, lo más seguro es que el caldo de sus “soluciones” nos siga saliendo bastante más caro que las albóndigas de nuestros problemas…
tuiter: @marcelotorresc