La fecha se acerca y la sentencia será condenatoria. La anulación de la elección en Coahuila está próxima y con ella, quizás también los castigos inhibitorios. La solidez del Frente Por La Dignidad está en juego, como lo está el que no haya sanción sobre el abogado Guillermo Anaya Llamas. De haberla, estaría impedido de volver a abanderar la candidatura. Recordemos que la comisión de fiscalización del INE México empata la cuenta (por la queja del PAN contra el PRI) y filtra el dictamen de que ambos candidatos (Riquelme y Anaya) sobrepasan gastos de campaña.
Por ser un Frente Unido la seguridad electoral está garantizada para sus miembros y sus seguidores (ante la tentación de Palacio Rosa de seguir su mapacheo). Es importante partir del hecho de que el robo electoral unió a cinco de siete candidatos y esa unidad debe conservarse incólume. La dignidad de Coahuila, vulnerada por el PRI-Gobierno es la razón de toda lucha, de toda unidad, de todo frente.
Los integrantes del Frente por La dignidad están claros en que, de acuerdo al PREP (detenido mañosamente), gana Guillermo Anaya. Quedan lejos Guerrero y Guadiana. Que José Ángel ya iba en el paquete con MORENA y que Luis Horacio queda con menos de un punto porcentual. De manera que le toca al PAN-UDC encabezar la nueva candidatura… ¡apoyado por todos!
¿Quién puede representar al Frente Por La Dignidad en la elección extraordinaria por la gubernatura, para competir contra el PRI y aliados (gobiernos mafiosos, árbitros corruptos y policías ladronas)?
Cinco nombres, un destino (y no es novela ¿o sí?):
Guillermo Anaya Llamas.
Ganó la elección y por ello fue la víctima primaria del fraude orquestado. Es el líder del movimiento reivindicador aunque el Frente es de 5 liderazgos iguales. Con todos unidos puede volver a ganar, y boquetear al relevo tricolor. Pero puede ser condenado a no competir. No hay anulación sin culpables (el árbitro se quiere barrer la responsabilidad).
Evaristo Lenin Pérez Rivera.
Leal a sus aliados. Es el único, incluidos aquellos cinco contendientes, que ha definido a Guillermo Anaya ahora que le regresan la bola y se le acusa de rebasar topes de campaña. Ganó en todas las candidaturas aliadas donde ellos (UDC) pusieron al abanderado. El tema de salvaguardar la unidad del frente es determinante, de manera que suponemos que Lenin es el mejor visto y valorado por Javier Guerrero y Armando Guadiana, y hasta por José Ángel y Lucho.
Luis Fernando Salazar Fernández.
Senador con liderazgo entre los nuevos gobernadores panistas (ex senadores). Hizo su berrinche a la final de la contienda interna y le costó 5 puntos al PAN. Es el emblema del ataque a Los Moreira. Es cercano a Memo pero ello no es garantía de unidad con el panismo y menos aún con el Frente.
Isidro López Villarreal.
Chilo quiere ser candidato a alcalde en la de 3 años o candidato a senador. La elección de Saltillo está impugnada y puede anularse, de ser así tendrá que aplicarse para vencer y echar abajo “la censura maliciosa” de la elección anterior (de apoyar al candidato del PRI). De cualquier forma es un líder fresco y bien visto por el empresariado. Tiene nombre de calle, es un tipo honesto (“rara avis”).
Marcelo Torres Cofiño.
Es el virtual líder del congreso. Su cercanía con los Anaya (Ricardo y Guillermo) es amplia, y su liderazgo es sereno. Se necesita unidad y coraje para abanderar una causa tan amplia y para sumar voluntades, y su ritmo parece más acotado. Desconoce la sureste y es el terreno a vencer.
Para esta NUEVA ELECCIÓN, solo uno puede ser el candidato. Ese uno debe garantizar unidad y transparencia, efectividad electoral y ferviente amor por Coahuila. No habrá campañas entonces el liderazgo debe ser prístino y confiable.
Ni un año más para Moreira, ni interino, ni dilaciones innecesarias; esas ideas tramposas son obnubilaciones de aquel. Antes del 1 de diciembre habrá gobernador y este será de alternancia obligada. Coahuila es digno y así se confirmará.
¡El juicio está cerca!