El mejor amigo del hombre

“El perro es el mejor amigo del hombre”, una afirmación que escuchamos desde hace décadas y que cada vez queda más claro. Son tantas las cualidades de este tipo de animales que el ser humano siempre lo ha necesitado muy cerca. Más allá de su maravillosa compañía, los perros logran establecer un vínculo único con sus dueños donde la lealtad, la nobleza, el amor incondicional y la excepcional capacidad que tienen para captar las emociones de los demás, hacen que el perro se convierta en el mejor amigo del hombre.

Más allá de esta expresión que hemos escuchado tantas veces, los científicos se basan en varias teorías para afirmar que estas palabras son totalmente ciertas. Según los expertos de la Universidad Eötvös Loránd de Hungría, la conexión única que se establece entre este animal y el ser humano deriva de una región del cerebro que ambos tenemos en común, y que está dedicada a la voz y al reconocimiento de las emociones que transmitimos con ella. Los húngaros también determinan que existen otras muchas similitudes entre el cerebro de un perro y el de una persona, de ahí la gran complicidad.

Por su parte, los científicos japoneses evidencian la espectacular conexión entre un perro y su dueño en función de la oxitocina. Explican en un estudio datado de 2015 que cuando una persona mira a los ojos a su mascota, el animal libera esta hormona relacionada con el cariño y el apego para mostrar su felicidad. Incluso llegan a afirmar que la relación entre ambos puede llegar a ser muy similar a la de una madre con su hijo. Los perros gozan de la maravillosa capacidad de transferir buenas vibras a cualquiera que les rodee por lo que también son muy utilizados en terapias destinadas al apoyo emocional y físico.

Los perros se han ganado con creces el título de compañero más fiel del hombre y otra muestra de ello, es la gran ayuda que ofrecen en distintas terapias psicológicas destinadas a niños, ancianos o cualquier persona con algún tipo de problema social, cognitivo o físico. El animal pone todo su empeño en mejorar tanto el bienestar como la salud del paciente, con resultados realmente asombrosos. En el caso de los tratamientos físicos, nuestro amigo de cuatro patas ayuda a mejorar la movilidad, así como a incitarse a andar o correr. Por su parte, los tratamientos cognitivos mejoran la memoria al llevar a cabo varios ejercicios con el animal. Finalmente, los sociales logran mejorar la autoestima y seguridad de la persona.

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