México necesitaba que se frenará el despilfarro que caracterizó a las muchas de las administraciones en el pasado.
Pero, ahora, tenemos una nociva mezcla que implica, por un lado, dejar sin recursos áreas prioritarias, al tiempo que se tira dinero a raudales en acciones que sólo persiguen un impacto electoral, pero que en muy poco benefician al país.Tenemos al frente de la nación a alguien que se ha vuelto experto en enfrentar procesos electorales, pero que se niega a asumir su responsabilidad de gobernar; eso explica su éxito en las encuestas que contrasta con los resultados que arroja su gestión.
Los múltiples recursos otorgados de manera directa sin duda le abonan a su popularidad, la cual se mantiene alta pese a que la inseguridad crezca y la economía no logre un repunte que realmente sea importante. Es importante entender que las decisiones que han llevado a México a su situación actual no son producto de la ingenuidad sino de la perversión.
Quien nos dirige sabe perfectamente que no hay manera de dar resultados en el corto plazo -menos con la pandemia a cuestas- y por eso maniobra para que la fuente de los recursos no se agote.
Esa es la única razón por la que mandó echar mano de los fideicomisos, porque sabe que la recaudación es insuficiente para sostener los apoyos que le garanticen un triunfo electoral el año que viene. Así como la austeridad, el combate a la corrupción ha sido utilizado como pretexto para sus maniobras electoreras. Persiguen la preservación del poder, pero no lo hacen demostrando que saben gobernar.
Si a dos años de distancia hubiera una reducción significativa de la violencia o si la economía, dadas las circunstancias actuales, hubiera tenido una caída moderada, luego de un crecimiento en 2019, quienes nos oponemos a la 4T estaríamos calladitos. Pero la ausencia de resultados se suple con reparto de dinero.
Están dejando sin recursos al país y no les importa, porque mienten con respecto de su objetivo que nada tiene que ver con acabar con la pobreza; todo lo contrario, necesitan más clientes cautivos para su sucio negocio, que consiste en crear una mayor dependencia hacia las dádivas, en vez de prosperidad para todos.
@marcelotorresc
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