El que escribe es orgulloso egresado de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
Sentirte orgulloso de tu Alma Mater es un acto de congruencia, es un sentimiento de pertenencia de gente segura de sí misma, de profesionistas y profesionales que disfrutan sus grados académicos y el origen universitario de los mismos.
Estudiar es importante, actualizarse es necesario, la competencia de fondo es con nosotros mismos y con nuestra idea de interacción con el mundo laboral y en el plano humano.
Leer es comprometerse y aprender es valorarse.
Más las buenas
Me declaro privilegiado por la vida de poder decirme egresado de una institución tan gloriosa y prestigiada. Son más las cosas buenas que distinguen a La Narro.
Sin duda su curricula de maestros y egresados es el material que la moldea como semillero, en la trascendencia del tiempo. Están ahí, también, los científicos e investigadores (que muchos también fueron alumnos y son maestros), están ahí directivos y trabajadores, en apoyo al objetivo central, a la misión que ha hecho a La Narro formadora de agrónomos, humanistas y extensionistas, por 100 años.
Se dicen fácil, 100 años, pero no fue sencillo. Voluntades y vocaciones (y donaciones generosas y visionarias como las de la Familia Narro Rodríguez), se han conjugado para el engrandecimiento del campo.
Los festejos
“Victorear” de nuevo, en callejoneada con mariachis y La Rondalla, por la emblemática calle de Victoria en el Centro de la capital, con corolario en velada musical rondallera, fue evocador y de emociones grandes. La Narro, con ese evento copioso, animado y familiar, se reencontró con la sociedad de Saltillo: amores eternos que son recuerdos y vida, emociones a corazón abierto, suspiros al aire puro del ambiente Buitre.
Exhumar de la Rotonda de los Hombres Ilustres al benefactor don Antonio Narro y llevarlo (en su carreta blanca, en procesión respetuosa y sentida) para que a partir de ahora descansen sus restos mortales, eternamente frente a “La Gloria” (casona de la ex hacienda que fue suya y hoy es rectora de la Universidad), hacerlo en pleno festejo por el Centenario. Fue un acto de honor y de profundo reconocimiento.
Exposiciones, conferencias, eventos deportivos y una gran Convivencia Familiar con un gran Rodeo como colofón destacado.
Una Sesión Extraordinaria del Cabildo de Saltillo, celebrada In Situ, en La Narro, presidida por el alcalde José María Fraustro Siller, para conmemorar los 100 años.
Otros muchos eventos, discursos y reflexiones, dieron lustre a la celebración… que no termina.
La Narro, México y el mundo científico
Solo los “ciegos del alma” no aquilatan el aporte centenario de esta gran Universidad agropecuaria, que ha dado gloria y prestigio a México y en el mundo entero.
La Narro es significado para Saltillo, su sede centenaria. Es distintivo de Torreón por su prestigiada Escuela Veterinaria, en su Sección Laguna. Lo es de Cintalapa y de Chiapas, donde reúne a tantos hijos del campo en ese sur mexicano con hambre de crecer y formarse.
Orgulloso estoy del rector que hoy dirige los destinos de La Narro, Dr. Alberto Flores Olivas: científico, maestro investigador de reconocimiento internacional. Un hombre decente que contribuye a incrementar el buen ejercicio universitario.
Para servir al campo desde sus trincheras de formación agropecuaria, nació el 4 de marzo del 1923 la gloriosa Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
Felicidades por los primeros 100 Años de fructífera vida académica, científica, de investigación y docencia; de humanismo acendrado ¡Larga vida a La Narro!