Los habitantes del área rural mexicana ascienden a 25 millones y representan el 21 por ciento de la población nacional. El territorio rural comprende un conjunto de patrimonios territoriales de importancia estratégica para el país: Aguas, tierras, costas, biodiversidad, recursos genéticos, minerales, conocimientos tradicionales, activos históricos y culturales, bellezas naturales, etcétera.
Regresar al campo significa fortalecer una identidad cultural de la más alta calidad humana. Sin embargo, en el sector rural se esconden carencias innegables, una de ellas es la prevalencia del hambre en grandes sectores del área, así como la persistente carencia nutricional, sobre todo en las poblaciones indígenas, los niños que llegan a más del 14 por ciento y 7 millones de mexicanos que tienen inseguridad alimentaria y que no acceden en forma cotidiana a un mínimo nutricional que garantice una vida saludable.
El actual gobierno federal propuso en sus inicios la Cruzada Nacional contra el Hambre, la cual sí tenía sustento en la realidad nacional ya que se designaron más o menos 400 municipios en los que el acceso continuo a la alimentación presentaba inseguridad alimentaria. .
La expansión del crecimiento urbano ha disminuido la capacidad de autoabastecimiento alimentario, si a ello se agregan las crisis financieras de los últimos 9 años se puede presuponer que el problema se agudiza.
Hace algunas décadas, al entrar en la globalización se pensó que la solución de la seguridad alimentaria para México estaba en la importación de granos de los Estados Unidos y a ella se recurrió, el problema es que esos granos no llegan a las zonas marginadas por ello, mientras más pobreza y por lo tanto, mayor inseguridad alimentaria es necesario que la fuente de oferta de los alimentos básicos, sea, si no local, muy cercana mediante una nueva especialización de cultivos, y es que ahora se producen alimentos en el norte del país, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, en el sur, Jalisco, en parte de Guanajuato y Veracruz por lo que los especialistas piensan en producir más granos en el centro del país.
Para ello es necesario entrar en la dimensión de la política, el Estado está presente viendo que la agricultura ha languidecido en una tasa de crecimiento de menos del 2 por ciento, por ello, la comunidad de ingenieros agrónomos están insistiendo en que es imperativo que el Estado intervenga para preservar los bienes públicos, en este caso, volver a la investigación aplicada, el país tiene para ello una planta de científicos que no existía hace 30 o 40 años, las universidades públicas, la UNAM, la UAAAN, Chapingo entre las más destacadas ofrecen investigación excelente en esta área, pero algunas están abandonadas y hasta son atacadas para acabar con ellas.
La descampesinización de la que hablábamos hace 40 años se ha venido acelerando en México mediante la migración urbana e internacional, el mundo rural productivo está abandonado y está siendo acaparado por los neolatifundistas, en Coahuila, en 2015 las actividades primarias bajaron a -5.6%, es una prueba de la desatención y dejadez de los gobiernos hacia estas actividades que en última instancia nos dan de comer.
Posdata
El gobernador electo Miguel Riquelme no deja de darnos motivos de risa a carcajadas, esta semana dijo: “Que si hay pruebas. Los Moreira podrían ir a la cárcel”, el señor del fast track y de los relojes finos no se mide.