Pelea con los vivos, y lleva las flores a los muertos;
Lanza a los vivos a la cuneta, y pide un “buen lugar para los muertos”;
Se aparta de los vivos, y se aferra desesperadamente cuando mueren;
Pasa años sin hablar con un ser vivo, y se disculpa, rinde homenaje cuando muere;
No hay tiempo para visitar a los vivos, pero tienen todo el día para ir al entierro de los muertos;
Critica, habla mal, y ofende a los vivos, pero lo santifica cuando muere;
No hay energía, no hay abrazos, ningún cuidado para los vivos, pero si se auto flagelan cuando mueren …
A los ojos del hombre ciego, el valor del ser humano está en su muerte, y no en su vida.
Es bueno repensar esto, mientras estamos vivos!
(Papa Francisco