Ser madre no significa solo cambiar pañales, calentar biberones o pelearte con los purés. Ese solo es el comienzo, el momento en el que una madre se da cuenta de que es capaz de hacer cualquier cosa por un mundo al que ha dado la vida. Ese mundo es ese hijo en el que hay millones de ilusiones…
Ser madre significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por tus hijos. Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacar a tus hijos adelante y enseñarles a vivir.
Significa tener una razón de ser para el resto de tu vida. Querer aprovechar y exprimir cada momento al máximo. Tener sentimientos encontrados al ver cómo tus hijos crecen, sintiendo dicha y nostalgia cuando avanzan dando pasos de gigante por la vida.
El amor sincero de una madre
Si hay un amor que podamos llamar verdadero es el amor sincero de una madre, un amor que a su vez es eterno e infinito. En realidad, ser madre implica seguir los pasos de unos pequeños maestros, los hijos, hasta que se hacen grandes. Con solo existir y sin saberlo los hijos les enseñan a amar de manera incondicional.
Ser madre significa nunca más estar sola en el pensamiento, pues una madre siempre piensa doble: por sus hijos y por ella. Una madre se siente tremendamente afortunada porque sabe que sus hijos son el mayor tesoro que podría tener.
La maternidad no significa sonreír siempre, sino también llorar a mares. Requiere muchas noches de insomnio fundiendo a la almohada en un asfixiante abrazo. Significa un sinfín de preocupaciones; horas de correr tras sus hijos; días, meses y años inventando cientos de maneras para camuflar las verduras y el pescado; aguantar peleas y tolerar con toda la paciencia del mundo la infinidad de sinsentidos que tiene la vida.
Lo que una madre hace por sus hijos
A una madre le duele más que a nadie decir NO a sus hijos, retarles, medir sus fuerzas, verles caer, abandonar sus sueños o desaprovechar sus capacidades… Pero conoce la importancia de los límites y pretende que sus hijos los aprendan.
Una madre no puede vivir por sus hijos pero sí procura compartir lo máximo con ellos. Por eso, una madre intenta cada día coser unas alas enormes y ligeras que permitan a sus hijos volar muy muy alto.
Una madre quiere que a sus hijos les vaya todo bien en la vida, pero también quiere que haya tormentas y aprendan a navegar en alta mar. Sabe que sus hijos tienen que pasear de la mano de sus demonios, liberarse de las cargas y tropezar mil veces con la misma piedra.
Ven mejor que nadie los defectos en sus hijos, sin embargo, los aceptan y nunca los esconden. Saben si sus hijos no están bien con solo mirarlos, puesto que las madres son las más expertas detectoras de emociones.
Ser madre significa…
Convertirse en madre significa:
- Equivocarse mucho pero querer tener razón. Significa tomar decisiones angustiosas cuando ni siquiera sabes cuál es la decisión correcta. Ser madre significa que estás atada y atada al bienestar de otra alma hasta que exhalas tu último aliento.
- Confiar en ti para saber cómo hacer cosas que tal vez no sepas hacer, cómo hacer cosas de las que quizás nunca hayas oído hablar.
- Que el pánico, la preocupación y el estrés te resquebrajarán. También significa que volverás a ser feliz con dulces sonrisas, suaves manos pequeñas y los abrazos más cálidos.
- Ensuciarse, ser puesto a prueba y, sobre todo, darse cuenta de que el amor por un hijo puede expandirse por encima de cualquier tipo de obstáculo.
- Enseñarle a tu hijo reglas y roles importantes para la vida, desde ser un ser humano empático hasta aprender a ser responsable de sus acciones.
LaMenteEsMaravillosa