El tapón corona

La competencia exige. En un mercado una mayor cantidad de opciones exige competir. Si muchos desean lo mismo, la exigencia aumenta. En la política igual, si en capacidades entonces se elaboran perfiles más exigentes, competencias que evocan que quien aspira debió tener plena convicción de lo que buscaría desde el inicio de sus días. Pero también se aumenta el tiempo, hoy las precampañas, que no existen en ningún calendario legal sino solo en el calendario real, empiezan con mayor antelación. La competencia hace de las suyas. 

En México es una tradición que el ejecutivo designe a quien lo ha de suceder en el poder. Mientras esa revelación se daba, el secreto personaje era conocido o “desconocido” como el tapado. Pero la cultura es resultado de nuestra interacción y en julio del año pasado el presidente López Obrador dijo: “Ya no hay tapados, yo soy el destapador y mi corcholata va a ser la del pueblo”. Desde entonces comenzó a utilizarse el termino corcholata para referirse a quienes aspiran a sucederlo en la silla presidencial. 

Ese genial invento, me refiero al corcho de lata y no a los tapados, permitió la producción masiva de botellas. Fue patentado en 1892 bajo el nombre “Tapón corona”. Paradójicamente, se ha constituido como emblema capitalista pues aceleró la producción, conservación y distribución de bebidas, principalmente la cerveza. No podemos entender el capitalismo del siglo XX sin las bebidas con gas. El inventor fue William Painter, quien fundó la Crown Cork and Seal Company en Baltimore. Se cuenta que, tras constituir su compañía, y ante la competencia de cientos de monturas metálicas buscando una oportunidad en la industria envasadora, Painter organizó una demostración para convencer a los empresarios de que la suya era la más eficaz de las soluciones. Convocó a una reunión en la que públicamente embotelló una cerveza, misma que envió en una diligencia de ida y vuelta hasta Sudamérica. Unos meses después, cuando la botella estaba de regreso, la destapó frente a todos. La cerveza conservaba la consistencia y sabor con la que había sido producida. 

Ya se están paseando los candidatos, para ver si el capital la compra. La producción masiva de candidatos parece ser una realidad en los tiempos en que las aspiraciones se vuelven a la seducción y no a la condición. Sin embargo, candidato habrá uno solo, al menos por cada partido, coalición o alianza que se forme. El paseo que están dándose las evidentes corcholatas difunde su imagen y prepara para el destape. ¿Cuál será el contenido de la botella?, ¿será más esperanza o solo gas? La esperanza hoy tiene burbujas y esta convulsa presionando a las corcholatas que fuertemente se arraigan. A nosotros nos toca ver la galería, como niño en estanquillo que ve como comprar solamente lo que hay. 

Que el mejor propósito no sea la inercia, sino la acción. Que si se nos regala la ventaja de la inercia, que sea a consecuencia del impulso que da la dirección y no la suerte que da el empujo. ¿Cómo debe ser un líder?, ¿Cuál es su perfil?, de todos los perfiles no solo la seducción debe competir, hemos visto siluetas, videos, mensajes, pero el perfil debe ser más que eso, a menos que solo nos importe la corcholata. 

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