El 2 de junio tenemos una cita con la historia, quien no se interese, no analice y no vote en consecuencia, que luego no se queje cuando otros decidan por él, quienes nos gobernarán.
Elegimos el domingo al presidente de la República, al Congreso entero (128 senadores y 500 diputados federales), a 9 gobernadores (CDMX, Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Puebla, Chiapas, Yucatán, Tabasco), a cientos de alcaldes (Cabildos) y de diputados locales.
Por primera vez en la historia, dispuestos o no, una mujer será presidenta de México.
La basura
El dominio del árbitro electoral ha sido una estrategia política burda, a todas luces antidemocrática; quienes lo hacen se evidencian en su afán enfermo de ganar o agandallar.
El fantasma del crimen se hace presente, ensangrentando el proceso electoral, amenazando candidatos e interfiriendo desde ahora en el resultado votacional. La etapa más criminal en lo electoral.
Las encuestadoras se exhiben más que nunca, vendidas y mentirosas, despreciando su oportunidad de ser fotografía del momento y perspectiva del futuro, contribuyendo a la democracia cual aliado ciudadano; en cambio, se tornan en mercaderes del ánimo electoral, confundiendo al elector por ambiciosas y cínicas.
Pobreza y hambre
Pobreza creciente, pobreza creada cual endemoniada táctica de arrabal, para, a cambio de dádivas, animar (comprar) el voto clientelar, el voto del desarrapado. Los autómatas por desheredados resignados van al molino.
Pobreza en el pueblo y derroche en los gobiernos, derroche en los candidatos, campañas con dinero de quién sabe dónde y de quién sabe quién, comprando voluntades populares y comprometiendo a gobernantes para sus fines, no siempre legales.
Pobreza de miras y ausencia de principios, pobreza de ética, de ideas y de propuestas, desfile de oportunistas y ocasionados que “resolverán la pobreza” pero de sus almas errantes y de sus familias, nunca de la gente.
El menos malo
Votar por el menos malo, es consigna irremediable ante un mosaico tan desnutrido, pensando en la excelencia de un perfil sustancialmente ideal.
¿Cómo creer en los partidos y en los políticos?, si se ensucian y manchan lo que tocan.
Aun con esta realidad en el horizonte nacional, por supuesto que el antagonismo entre las dos mujeres que son quienes pueden ganar, deja muy claro el razonamiento de por cuál sí y por cuál no, porque sabemos quiénes están tras cada una y porque no hay duda de quién significa una amenaza para México.
¡Hay que votar y hacerlo con conciencia!, pensando en México.