…Alcanzamos siquiera los tiempos electorales. Estamos a dos meses del inicio oficial del proceso electoral local (el extraoficial empezó hace dos años cuando el delfín de Moreira fue sacado a la palestra y soltado a una precampaña ilegal pagada con recursos del estado y del municipio de Torreón), y a nueve de la elección que renueve la gubernatura, las diputaciones locales y las 38 alcaldías, ahora mini (de un año).
Avanza inexorablemente el reloj político, ¡lo único que avanza en Coahuila!
Los grupos políticos se diversifican. Unos se dividen, cuando otros se solidifican. Lo deseable es que se unieran en propósitos comunes y con seriedad decidieran en democracia, quienes compiten por cada partido fuerte y quienes son comparsa y cuales aspirantes irán por la vía abierta; la independiente. Sin pelear, sin dividirse, sin fragmentarse (ayudando con ello al contrincante), solo acaso compitiendo.
LOS DEL PRI.
El delfinato. El gobernador a instancias de su esposa, ha impulsado descaradamente al alcalde de Torreón como su candidato a sustituirlo, a heredar el Moreirato (supone que él, que ellos (Los Moreira) están en posición de poner candidato), ya quisieran, en el mejor escenario, salir medio librados de tanto daño y corrupción; e irse de esta tierra noble y agachada, para nunca más volver.
Entonces, formaron un grupo de moreiratianos: Los Moreira, su amplia familia, los enzoquetados y por ende agachados en el gabinete y en el partidazo, Miguel Riquelme el delfín, los aspirantes ilusos subidos a la silla voladora (Armando Luna, Tereso Medina, Román Alberto Cepeda González, Chema Fraustro).
Moreira sí, pero en un subgrupo. Un subgrupo de este (de quienes hablan muy bien de Los Moreira y dicen servirlos), conformado por Jericó Abramo y Alejandro Gutiérrez. Ambos políticos tienen sus amarres en el DF, trabajan por separado pero aun estando vinculados a Los Moreira, hacen sus amarres por fuera. Hacerlos declinar en los próximos días y semanas, es algo complicado, pero posible. La Coneja es un político más libre, un empresario y ganadero exitoso; con horizontes amplios, pero ha confundido al electorado con lisonjas mutuas, con el gobernador.
Los no Moreira. Luego, en el mismo tricolor, están los antagónicos al Moreirato: Javier Guerrero, Hilda Flores y Enrique Martínez. Forman estos tres políticos un grupo sólido, no necesariamente leal a toda prueba entre ellos, pero los golpes desde Palacio Rosa y el piso disparejo, los ha unido. Los tres tienen amplias ligas en el gobierno federal y en el PRI central. Su unidad franca y solidez de grupo, se hacen necesarios ante la insistencia inquina del mandatario.
EL GRUPO OPOSITOR.
Este esquema (de todos, contra el Moreirato y su afán de seguir, contra Los Moreira y sus atrocidades políticas y financieras) diseñado inteligentemente por un lagunero, ya parece ser historia. Se unirían con seriedad todas las oposiciones fuertes, y de ellas, todos los gallos con real posibilidad político electoral. “Originalmente pactaron”: Los del PAN (Guillermo Anaya, Isidro López, Gerardo García y Luis Fernando Salazar). Los independientes (Noé Garza, Armando Guadiana). Del MC (Raúl Sifuentes). De la UDC (Lenin Pérez Rivera).
El barco opositor zarpó y con el paso del tiempo, y por diversas circunstancias, fueron saltando de él algunos de los pactantes. Armando Guadiana se fue a MORENA, no dice nada ya de su afán indómito e independiente. Noé Garza fue golpeado duramente por el gobernador y su aplanadora del terror, y se ha desdibujado casi totalmente. Lenin Pérez arregló sus diferencias con el estado y parece que ya encontró arreglo para garantizar el registro de su partido (por el porcentaje obligado de votación en junio del 2017). Bajó su exposición en lugar de aumentarla.
LOS DEL PAN.
Formaron un grupo sólido, originalmente cuatro, luego cinco, y seis, y ahora siete. Siendo parte del grupo opositor o lo que queda de él, saben de la ventaja encuestal que su partido lleva. Empiezan a sucumbir a la cicuta del gobierno y a sus propias ansias, al ver que la candidatura es real y la posibilidad de la alternancia se amplía.
Se han dividido, se golpean y sabotean unos a otros. Todos, los cuatro fuertes, se dicen ganadores. Quedaron en moverse y en noviembre medirse, y nadie decirse aventajado. Nadie cumple y hoy se ve lejana la unidad, (hacen un gran favor al tricolor, tan desprestigiado y débil por el Moreirato infame). Bajan su hándicap por cuitas de ambición y de insidias ajenas.
DE MORENA.
Un partido nuevo (de gente probada) que trabaja en operación hormiga. Tomó el tercer sitio (del PRD) y aumentó su numerología hasta en 18 o 20 puntos. Dejó su perfil de solo izquierda e “invitó a un empresario, para ser su candidato”. Invistió así al ingeniero Guadiana en su defensor de la soberanía nacional en el estado y con esa “justificada cartera” lo placea como candidato (disfrazado y temprano) a la gubernatura, tratando de zanjar el agandalle del delfín Riquelme y sus mecenas en el Moreirato.