…Los golpes arrecian. Todos en campaña y que al cabo, el gobernador empezó… ¿Y la ley electoral y las autoridades encargadas de sancionar tiempos?, bien gracias.
Rubén Moreira es el descarado ejemplo de una campaña desde el gobierno, con el poder, los tiempos y el dinero del gobierno (ejerciendo nepóticamente cargos de gobierno y de partido al tiempo que su hermano era gobernador). Pero, más aún (en su patético caso), usando la popularidad y simpatía de su hermano, el gobernador. Cosa que Miguel Riquelme no puede hacer, toda vez, una losa pesada y enorme significa el sufrido y eterno Moreirato que ha azolado a esta hermosa tierra coahuilense, y que él, quiere heredar.
Miguel Riquelme Solís representa el continuismo, el solapamiento y el perdón al robo y a la corrupción, impunes hasta ahora. Y se preguntan todavía ¿por qué apoyarlo a él, por qué tanto dinero gastado en elevar sin éxito su imagen, para tratar de mejorar la percepción generalizada de su desangelado y malhumorado perfil?
Violar la ley y violentar los tiempos no es la única pifia moreirista. Golpear a los contrincantes, dentro y fuera de su partido, es el deporte favorito del asustado y soberbio mandatario. Nadie escapa a sus grabaciones, a sus espionajes, a sus censuras y des acreditaciones. La prensa en general y sobre todo alguna, es usada burdamente para mentir, para golpear, para descalificar. El nivel político pre electoral está por los suelos… un suelo, tan disparejo (por cierto).
Se atrincheran unos y son sometidos, (cooptados) otros. La UDC de Lenin Pérez era una esperanza para algunos seguidores fieles y otros tantos que iba acumulando con su fresca campaña de: “POR LA LIBRE”. Pero algo pasó. Hoy se ha conformado o eso da a entender. A nadie escapa que solo dos opciones tiene para salvar el porcentaje mínimo en la elección del 4 de junio del 2017, para conservar el registro partidario: Con el PAN o con el PRI, ir en alianza la UDC. Dejó de estar tan cerca del PAN y del grupo opositor (o lo que queda de él), y sus diferendos con el estado por los terrenos estatales (“cedidos y des cedidos”); y el crédito federal condicionado, para la nueva Aduana, y otros temas financieros de su interés mutuo (gobierno estatal y municipal, Rubén y Lenin), se han disipado.
Armando Guadiana toma tan en serio el tema de ser candidato y dar la sorpresa que deja por el momento de lado los temas taurinos y la andanada estatal contra el gran gremio taurófilo (que le ocupan y le duelen). Fue a La Haya de Holanda y presentó una querella internacional contra Los Moreira, y el daño patrimonial a Coahuila, en este eterno Moreirato. Luego trajo a López Obrador y caminaron por seis días por las calles de cada pueblo importante del estado. Dijeron su verdad, explicaron las denuncias y las pruebas y dijeron como quieren componer el drama coahuilense. Enfundado en la defensa de la soberanía nacional, hace pre campaña tratando de contrarrestar al delfín Viggiano-Moreira.
Es Coahuila un reto PAN. Fuera de Sonora (la tierra de Beltrones), que fue recuperada por el tricolor en junio pasado, ya la zona norte se pinta de azul. La alternancia en Coahuila la dan por un hecho, pero el líder Anaya Cortés no se confía. Vino a Saltillo y sesionó con todos los senadores de su partido en el país, e invitó a los aspirantes a la gubernatura. Los golpes han seguido y sucumben a las trampas desde Palacio Rosa, entonces ha convocado al DF a los calefactos y dicen pondrá orden, y en noviembre o diciembre decidirán a quien apoyar.
En el bando de Los Moreira, han dejado claro ya que su candidato (candidato a ser candidato) será Miguel Riquelme. Empiezan a bajar a los que ellos inventaron como planes sustitutos. Les quedan pocos que fingir: Román Alberto Cepeda, Jericó Abramo y quizás Alejandro Gutiérrez (francamente no creo que Alejandro, siendo quien es, acepte ese juego perverso e injusto, aunque ellos dicen que sí).
Los priistas posicionados en el DF e identificados como golpeados por el Moreirato no se dejan. Están activos en redes y en el terreno. Sus estrategias son diferentes porque su composición política y personal es distinta. Pero los une el anti moreirismo. Los une el golpeteo, los une lo disparejo del terreno.
Javier Guerrero empezó a recorrer el estado. Rindió su primer informe en Torreón (incomodando al delfín en su casa, o la que cree de él). Se soltó la coleta Guerrero y habló de la MegaDeuda, del agravio. Aún le falta confrontar al actual gobernador. Debe poner distancia y visión entre ambos (fue su secretario en el gabinete de inicio de sexenio, el deslinde es obligado no sobreentendido).
Hilda Flores se expone en redes como ninguno. Su grupo de mujeres la apuntalan en el partido local. Bajó sus visitas a las regiones. Es importante que deje clara su postura anti Moreira. Fue secretaria de turismo con Humberto y diputada local en aquella aprobación de la deuda. Una gira temática donde deje ver su conocimiento y experiencia en los temas graves que aquejan a Coahuila, es necesaria.
Enrique Martínez no puede llegar a las delegaciones federales del estado, el gobernador lo impide (sobre su cadáver, “ha ofrecido al ahora secretario de hacienda”). Escribe en diversos medios y teje una red social de adeptos, pero también urge su independencia total. Debe envalentonarse y criticar al gobierno. También fue funcionario en finanzas con Humberto y diputado local estratégico.
¿Y de los aspirantes en el PAN quien trae con qué, que estrategia juegan cada uno de ellos, y que les falta para vencer al Moreirato dictatorial?
Termina (2 de 3).