Cuando alguien muere, como Eliseo Mendoza Berrueto (qepd), exgobernador de Coahuila fue despedido recién de la vida terrena, las alabanzas son extremas y se perdona deficiencias humanas y políticas.
Lejos está de significar una crítica a Mendoza Berrueto, el sentido de este texto. Lo debo aclarar.
En comparación con los 4 gobernadores del moreirato (Humberto Moreira, Jorge Torres, Rubén Moreira y Miguel Riquelme), el trabajo y los resultados de Eliseo en su gestión estatal, destacan.
Decirlo claro: el gobierno de Mendoza Berrueto no fue escandaloso, no estuvo manchado de corrupción, ni el robo a la sociedad desde la Tesorería fue una constante como lo es con estos infames gobiernos del moreirato.
Un inicio difícil
Luego de atípicos deslizamientos horizontales en la política, donde Eliseo Francisco tocó tres subsecretarías en diferentes áreas (Educación, Economía y Energía), el roce con las lideresas y los sindicatos locales, tanto en la campaña como en la gubernatura, (luego de andar negociando con los jeques árabes en la OPEP, por su última subsecretaría, en Energía bajo el mando de Emilio Lozoya Thalmann, padre del preso). Fue complicado.
Llegó a la campaña, Eliseo, desde el liderato de la Cámara de Diputados. Sí tuvo roce local anterior cuando Miguel De La Madrid Hurtado, lo envió de candidato a diputado local para luego regresarlo a la grilla grande del liderato en San Lázaro: esa “caja de resonancia de los grandes temas nacionales”.
De La Madrid lo veía en Coahuila como gobernador, o su tan íntimo, Mendoza, ya le había confesado sus ambiciones. Su amigo el presidente, le allanó el camino.
Un día Mendoza Berrueto, (hijo de una maestra austera y respetada, Lupita, y de un gambusino, siempre buscando oro y fortuna, Emilio), fue un simple maestro de la Normal de Coahuila. Luego, se fue a la ciudad de México a buscar esa fortuna que su padre anheló.
Allá, en la UNAM, estudió economía (a su nombre anteponía: profesor y licenciado), y se ligó a grupos emergentes: maestros, masones, disidentes de izquierda, y de cofradías varias; ligas que lo llevaron a escalar las sillas altas en la difícil rueda del fortuna política. Sin lograr ser secretario de Estado.
En Coahuila
EMB fue senador. Su relación con Coahuila nunca fue descuidada, aunque sobraron quienes le dijeran “desarraigado”. Finalmente llegó a ser gobernador.
La Narro y sus fondos de pensiones, fideicomisos de Pensiones del Estado dejados por El Diablo, y las “aportaciones” de “amigos de Eliseo“, fueron la después cuestionada financiación de la campaña.
Le apostó Mendoza a un gobierno austero y sin aspavientos, por lo que sus detractores lo han tachado de “gris”. Pero gris no es malo solo si significa no acudir al ejercicio soberbio y despilfarrado, y así sucedió con Mendoza, su gestión trascendió suave y sin eventos ominosos.
Su balance es positivo y de intenciones sanas en beneficio de los coahuilenses.
Amigos y más
Trajo al gobierno a unos amigos de Laredo, Los Villarreal, esos sí andaban en los negocios, y de Veracruz, a Jesús García, quien desde una Tesorería tan poderosa como cerrada, ayudó a unos pocos a enriquecerse y a muchos a amarrase las manos (fue evidenciado de fraccionamientos espontáneos en su tierra jarocha).
Y ni que decir de Marcos Espinosa, quien estudió en Saltillo la primaria (escuela Anexa a la Normal) pero devino en casinero, en Tijuana. Recuperó pronto y abundante el dinero del casino “invertido en la campaña”.
El sello
Con J. Jesús García López, el gobernador Eliseo inventó el Impuesto Sobre Nóminas (ISN), para con dinero de los empresarios y comerciantes financiar carreteras y obras. Los impuestos solo llegan, ahí queda ese gravamen anual, solo que el destino del dinero ahora es incierto.
Los programas sociales también fueron innovados para con sensibilidad social apoyar a la gente, para ello sacó a la palestra a un líder universitario, revoltoso pero hábil, el Jimmy, Jaime Martínez Veloz.
Exgobernadores
“Quedan 5 exgobernadores de Coahuila vivos. De ellos 3 han estado en la cárcel en algún momento de su vida, luego de su mandato. Vaya récord”. (Luis Carlos Plata).
El acucioso periodista se refiere a que Rogelio Montemayor, Humberto Moreira y Jorge Torres han sido reos, y que los otros vivos son Enrique Martínez y Rubén Moreira (no lo dice Plata Ramos pero Rubén es candidato a preso).
Ven cómo con facilidad podemos decir que ¡Eliseo destaca en su paso por el gobierno!
“En todos los cargos contribuyó Eliseo a dignificar la política”. (Enrique Martínez y Martínez, exgobernador).
“Una larga jornada”
91 años se dicen fácil pero Mendoza Berrueto los cumplió, en activo (sin cargos públicos pero criando hijos jóvenes y elaborando sus memorias).
Escribió muchos libros y colaboró en innumerables proyectos, su última obra fue autobiográfica y un cuanto halagüeña: “Una larga jornada” fue el título que seleccionó Eliseo para sus memorias. En su epígrafe, pareciendo despedirse, sopesando fracasos y advirtiendo claroscuros en su vida, dice…
“Durante mucho tiempo me negué a escribir mis memorias. Tenía el pretexto de que, al fin supersticioso, podría yo mismo llamar al final de mi vida, pero, como ya llegué a 90 años, es ahora o nunca. Siento que viví a plenitud, con todos los altibajos y los claroscuros de cualquiera”…
Una historia se cierra con Eliseo. Se pierde, con él, un útil equilibrio entre los rudos desequilibrios del moreirato en Coahuila.