La Universidad Americana del Noreste (UANE) activó sus protocolos de seguridad debido a una amenaza de tiroteo, iniciada por un ex alumno de la institución que se dio de baja en agosto del año 2021 y que ya está plenamente identificado por las autoridades.
El jueves a las 16:40 horas se recibieron en la Línea Segura de la institución imágenes que previamente habían sido difundidas en redes sociales y que encendieron las alarmas en la rectoría, así como entre docentes y personal administrativo de la UANE.
Al respecto, el rector Geovani de la Peña Merlos explicó que de manera inmediata se pusieron en contacto con las autoridades policiacas, quienes acudieron a la institución y montaron operativos de seguridad en la parte externa del plantel.
Asimismo, docentes y personal de la UANE activaron protocolos internos como mochila segura, vigilancia de los maestros en los accesos para reconocer a los estudiantes que ingresan, revisión de cajuelas de coches al entrar y salir, así como rondines internos.
El protocolo de seguridad seguirá activo durante tiempo indefinido hasta que las autoridades concluyan la investigación y se determinen las acciones legales que la universidad interpondrá contra quien resulte responsable.
El sábado continuarán las actividades en la UANE, pues se llevan a cabo clases de posgrado y de modalidad híbrida, mientras que el lunes las actividades se reanudarán de forma normal, pero con los protocolos activos hasta que las autoridades consideren que el riesgo ha pasado.
Debido a esta situación, la afluencia de alumnos al plantel fue muy baja, sin embargo los maestros siguieron en contacto con ellos para trabajar a través de distintas plataformas digitales que les permitieron trabajar desde casa y su falta está debidamente justificada.
“Nosotros entendemos la zozobra de los padres de familia, por eso es nuestra labor garantizar su seguridad y somos flexibles para cuidar la salud emocional de nuestros estudiantes”, apuntó el rector.
En un recorrido por la institución, se pudo constatar que los pasillos lucían vacíos, el estacionamiento estaba a su mínima capacidad y en las puertas principales había patrullas de corporaciones estatales y municipales con al menos cuatro elementos vigilando.