Algo importante trasciende, algo sucedido en la reunión de la familia Moreira, hace dos fines de semana en Saltillo. Los siete Moreira, y la matrona, en conclave forzado…”La salida limpia para todos”, el único tema. La sartén se volteó por el mango. La película se lee en reversa. Rubén mandó entonces (en el sexenio anterior, que no le tocaba), ahora: mandará Humberto.
La visita reciente a Coahuila de Miguel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, y fuerte aspirante presidencial, fue significativa (bien pudo ver y pactar con Humberto Moreira, en su gran mansión de Cuernavaca y no acá). La señal fue dada con claridad. Los mismos Moreira filtraron la información y luego se hicieron guajes, como siempre.
Pasado el vergonzante incidente carcelario de España y el escandaloso regreso a México de Humberto Moreira, el orgullo del profesor herido, viene a cobrar venganza. El primero en la larga lista, es el hermano mayor y perverso judas, que lo entregó a los leones ¿o a los perros?
Humberto buscaría ser Alcalde de Saltillo, como expiación de sus pecados y como venganza. Como revividor de ánimos populares, incluso. Otra vez, la salida limpia es el objetivo titánico. Jericó Abramo, su alfil predilecto y soñado sucesor, sería el coordinador de la campaña. Ruben modificó la ley, ahora alcaldías de un año, y un candado en el PRI de no reelección. Era un mensaje familiar. Fue recibido con profundo desagrado y contestado con odio jarocho.
Osorio dejó en claro que el pacto de Humberto con Peña Nieto (por méritos en campaña y otras cosillas), no incluye a Rubén. También dijo Osorio Chong que las cosas no andan para fiestecitas. Pero el mensaje fue mal leído. Que, ahora sea: “a Rubén al que se lo lleve la chingada, y que Humberto haga tanta fiesta como sea posible”.
La fiesta significa: operar políticamente, imponer alcaldes y diputados locales al gobernador que suceda a Rubén. Atarle las manos a quien gobierne, propio o extraño. Ya era un plan de Rubén, de hecho trae en campaña a dos por distrito y a tres por municipio. Pero ahora los nombres varían y el capitán al timón es otro.
El asunto va a más. Riquelme ya no cuenta. Jericó, Tereso Medina y un tapado que puede ser el mismo Samuel Rodriguez (tan odiado por Rubén), serán tema en las columnas polacas. Se podrán hacer pactos con quien sea, del color que sea, independientes o del PRI.
Todos caben en el nuevo esquema de Humberto, menos Isidro López. Los Lopez convenientes son los dóciles, los agachados los golosos y sumisos como Jorge y otros “ilusos” que andan por ahí, aceptando fotos en trampas puestas por Chema Fraustro y Chuy Ochoa para que validen a su demeritado Jefe, Rubén.
Ahora los quemados y depreciados por el público y en especial por el otro Moreira (Rubén), por ser amigos de Humberto ¿reviven?
Este es el nuevo plan. Es esta la nueva realidad política. Pero olvidan algo. La gente ya no quiere a los Moreira. A uno por los negocios, la deuda, los robos y el cinismo. Al otro, por alcahuete, por cómplice, por beneficiario de esos negocios pasados y de tantos nuevos, de todo tipo (prensa, minas, construcción, etc.); por prepotente y malvado. Y al resto, por lapas del robo y de los negocios, y del esquilmo al erario de los coahuilenses.
Pueden hacer sus planes y sacar sus trapos cochinos a la luz. Pueden volver a amancebarse y querer salir limpios. Pero la sociedad no está dormida, la gente dejó de estar harta y ahora ¡esta encabronada! , y eso… aguará sus planes.
Humberto tomó las riendas del gobierno y eso es venganza justa, entre alimañas, entre salvajes; entre gente que ve a La Familia (no como algo sagrado), como nido de cobardías y de conveniencias, de lealtades del dinero sucio; que los hermana.
Humberto manda en Coahuila en este quinto año, y le quedan pocos meses de gobierno. No heredará a nadie de su gente. No impondrá alcaldes ni diputados ni saldrán limpios “Los Moreira”. No conocen a Osorio, ni a Manlio, ni al propio Peña Nieto. No saben cómo operan, juntos. Amenazar con abrir sus bocotas, podrá ser peor.
Humberto manda en Coahuila en este quinto año, y le quedan pocos meses de gobierno. No heredará a nadie de su gente. No impondrá alcaldes ni diputados ni saldrán limpios “Los Moreira”. No conocen a Osorio, ni a Manlio, ni al propio Peña Nieto. No saben cómo operan, juntos. Amenazar con abrir sus bocotas, podrá ser peor.
Ser Senadores, Humberto o Rubén. Poner gobernador y seguir impunes y cubiertos, y hasta seguir con el saqueo, son sueños guajiros de dos hermanos “tan odiados como idos”. La cárcel, el escarnio y las carreras acabadas; son la herencia que les espera.
En tanto, habrá cambios de gabinete, Los humbertistas llegarán a los cargos de poder. Rubén será relegado. Las maruchas, los Luna Canales y Ramos Gloria, entre muchos otros, irán sucumbiendo y hasta pueden resultar querellados en Texas y España. Alguien tiene que pagar, allá. Eso es seguro, Humberto, Rubén u otros. O todos.
2.5
4.5