Enamorando al mundo

“Dicen que los seres humanos somos lo que comemos. Si esto es cierto, el mundo es cada vez más mexicano”, le escuché decir al titular de la Sagarpa, Baltazar Hinojosa, durante su intervención en un evento. No exagera. Después de mantener durante décadas una balanza alimentaria deficitaria, en 2015 logramos darle la vuelta. Desde entonces, el superávit en este rubro crece a pasos agigantados.

De 2010 a 2017, el valor de nuestras exportaciones agroalimentarias y agroindustriales ha crecido 78%, colocándose en alrededor de 32,500 millones de dólares. Las importaciones han ido a la baja en términos relativos, al grado que en ese mismo periodo la balanza pasó de un déficit de 3.31% a un superávit de 5.27%, y este año cerrará un 20% arriba. En los últimos cinco años avanzamos tres escaños en el ranking global de exportaciones alimentarias. Ahora estamos entre los primeros 10 lugares.

Son muchos los factores responsables del éxito: políticas públicas acertadas por parte de los gobiernos federal y locales, la impecable actuación del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) al certificar la calidad de los productos mexicanos del ramo ante el mundo, la eficiente participación de la banca de fomento (FND y FIRA) para financiar los proyectos del campo y los mares, el espíritu emprendedor de nuestros productores y la sinergia y empatía generadas entre ellos.

Precisamente en ese esquema colaborativo cobran especial relevancia los encuentros de agronegocios, las exposiciones ganaderas y las ferias agroalimentarias desarrollados por dependencias gubernamentales y organizaciones de productores. La “México Alimentaria Food Show 2018”, el evento de esta naturaleza más importante de Latinoamérica, se llevará a cabo del 14 al 16 de agosto en el “Centro CitiBanamex”. Se estiman ventas por más de 22,500 millones de pesos, 5,300 encuentros de negocios y la participación de 800 expositores procedentes de casi medio centenar de países.

Esta expo es una oportunidad de oro para encontrar clientes o proveedores del sector, para generar alianzas estratégicas e integrar cadenas de valor, para conocer personajes exitosos en el ramo, para aprender mejores técnicas, metodologías y sistemas mediante talleres y cursos, y hasta para generar nuevas ideas de negocios.

Son innumerables los casos de éxito con raíces en este tipo de encuentros. Muchos de ellos han derivado en proyectos de exportación, abonando a nuestro superávit alimenticio. Dicen también por ahí que el amor entra por la boca. Participemos en el Food Show, invirtamos en el sector y ¡sigamos mexicanizando y enamorando al mundo!

¡Nos vemos en la Expo!

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