La Norma Oficial Mexicana para el agua de consumo humano fue endurecida, al permitir menos concentración de arsénico en el líquido potable, cuyo valor fue homologado al límite máximo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por un lado, la actualización de la NOM-127-SSA1-2021 evidencia una problemática real que ha afectado a miles de personas desde hace muchos años en la región Laguna de Coahuila; y por otro lado, la falta de articulación de los órganos reguladores se muestra como un obstáculo para el cumplimiento de la normativa, apuntó Migdy Yosdel García Vargas, directora del Observatorio Socioambiental de la Universidad Iberoamericana de Torreón y maestra en Gestión Sustentable del Agua.
De acuerdo con la norma mexicana, el límite máximo de concentración de arsénico en el agua pasó de 0.025 miligramos por litro (mg/l) a 0.01 miligramos por litro (mg/l), y se tendría que empezar a cumplir a partir de un año posterior a la entrada en vigor para localidades con más de 500 mil habitantes.
“Si con 0.025 la mitad de los pozos o más no cumplían ese requerimiento, ahorita vamos a estar hablando probablemente que casi un 90 por ciento de los pozos no van a cumplir con este requerimiento”, indicó la maestra García Vargas.
Asimismo, subrayó que la adecuación de la norma es necesaria en el caso del arsénico, pero se topa con obstáculos en la administración y gestión del agua en la práctica por parte de los organismos operadores.
Agregó que la sobreexplotación de los acuíferos en la Comarca Lagunera ha provocado que el agua contenga altas concentraciones de arsénico y que ya no sea apta para el consumo humano.
Por su parte, el titular de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (CEAS) de Coahuila, Antonio Nerio, mantuvo cautela e informó que van a analizar los alcances de la norma y a revisar el estatus de los sistemas.