“Qué desperdicio de talento. Él eligió el dinero en vez del poder, un error que en este pueblo casi todos cometen. Dinero es la gran mansión en Sarasota que empieza a caerse a pedazos luego de diez años. Poder es el viejo edificio de roca que resiste por siglos. No puedo respetar a alguien que no entienda la diferencia”. Frank Underwood (House of cards).
El primer entramado sucedió en las elecciones en pos de la rectoría de la escuela de cuadros del PRI, mal llamada Universidad de Coahuila.
Resulta que el nuevo rector fue electo por un 60% de los alumnos, maestros y trabajadores, según datos del colegio electoral con 24 mil 371 votos y, por otro lado, fueron 10 mil 631 comicios correspondientes a las nuevas elecciones, lo que representan los comicios con más oposición con candidato único de la historia de la mencionada escuela.
Sin embargo, la tendencia en la opción de nuevas elecciones había ido creciendo desde la administración de Mario Ochoa, quien perdió en varias escuelas, pero estos últimos resultados llevan a que el candidato oficial único perdiera en 22 escuelas, haya cosa.
El mensaje es directo y no dependió del plantón que un puñado de estudiantes emprendió al frente del Ateneo, sino de esa terca proclividad gubernamental de imponer a sus cuates en la silla rectoral, dejando a un lado la democracia universitaria y su autonomía. ¿Qué interés tiene para el gobierno controlar a la Universidad si se trata de estudiantes?, ¿será acaso su patrimonio para completar sus trapacerías?
Octavio Pimentel tiene frente a sí la oportunidad no de efectuar una operación cicatriz, ya que su campaña tuvo el sello del PRI, sino de una operación a fondo que le regrese a la universidad de Coahuila: El prestigio académico, el respeto a la democracia, la dignificación de las pensiones, la inversión en investigación, la liga internacional con universidades y el manejo honesto de sus términos, alejándose de las tentaciones de los ex rectores desde los años 90 hasta el rector guerrillero, a quien también le cobraron factura los estudiantes esta semana.
En un segundo entramado se involucra la elección presidencial de 2024 y ante la embestida que el periodismo dio a López Obrador, al desnudar la operación de otro de sus hijos en las ganancias de las obras del Gobierno Federal (de la obra, sobra) y la caída de Claudia Sheinbaum en las encuestas, el experto en cajas chinas escupió en su mañanera que el caso Colosio está aún abierto, ya que se investiga a un segundo tirador y le puso de nombre Antonio Sánchez Ortega.
La especie tiene como intención una amenaza, como quien compra una pistola y la enseña, el presidente AMLO envía un mensaje a Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Córdoba Montoya, ya que, si hubo un segundo tirador, existe entonces un complot y por ende mentes siniestras que planearon el magnicidio, con suficiente poder para borrar las pruebas.
Hay que recordar que una jugada de último minuto en las elecciones de 2006, llevo a la prisión domiciliaria a Luis Echeverría y el impacto al PRI fue fatal, imagínese ese escenario de orden de aprehensión en contra de Salinas dos o tres días antes del 2 de junio. De algo sirven los policías.
Tercer entramado es de naturaleza local y está apareciendo con la nominación por parte del PRI de los candidatos a las alcaldías, en un verdadero galimatías por haber ensuciado el acuerdo con el PAN, por una parte, y continuar cumpliendo caprichos de la nomenclatura coahuilense que no ha dejado sentarse a Manolo, en la silla del Palacio Rosa.
Robles Lostanau, anunció que el PRI tendrá candidatos en 31 municipios y en alianza 4 municipios con el PRD y con la UDC 3 candidaturas, además por razones de cuota esta alianza en Piedras Negras, San Pedro, Múzquiz, Sabinas, Madero y Frontera, va a postular mujeres. El punto débil sin duda es la perla fronteriza de Piedras Negras, en donde por más que se asesora a Normita, nada más no se ayuda ni sola, y lugar en donde se huele el miedo gubernamental porque nada es más caro que el capricho.