Eran otros tiempos

Condiciones de trabajo aciagas, ominosas, es lo que predomina en el mundo laboral de este país, el poder adquisitivo del salario se ha derrumbado de manera estrepitosa en los últimos 30 años cayendo casi en un 70 por ciento, y las condiciones laborales decaen sin pausa y según los últimos estudios de los centros de investigación, el 51.7 por ciento de los trabajadores mexicanos se ubican debajo de la línea de pobreza monetaria (Universidad Iberoamericana).

La seguridad social, con los servicios en salud a la cabeza han desaparecido o van para allá, eso sucedió con los trabajadores petroleros, que tenían hospitales de primer mundo, pero ya no cuentan con ellos; los maestros y sus derechohabientes deambulan en busca de sus derechos a la salud por los que siguen pagando, las protestas se multiplican en Veracruz, Morelos, Coahuila, Zacatecas, entre otros estados, pero de nada sirven, el despojo crece y los sistemas de pensiones son utilizados para otros fines, como los electorales y en muchos casos a los médicos y otras categorías del IMSS se les advierte que ya no tendrán pensión; los contratos colectivos con buenas prestaciones son cosa del pasado.

Las grandes concentraciones obreras oficialistas (CTM, CROC) en la CDMX, desfilando ante Palacio Nacional presididas por el Presidente de la República y que no cabían en el Zócalo ya son historia, ayer el mitin del Congreso del Trabajo que aglutina a 85 organizaciones, se realizó en 20 minutos con menos de la mitad de asistentes del cupo del Zócalo; ahí los líderes del sindicato del ISSSTE enfatizaron: “Queremos que los candidatos sepan que somos trabajadores organizados y que no vamos a permitir, que se violenten los derechos que han sido adquiridos”, ¿de qué habla este hombre; acaso tendrá su domicilio en Canadá?

Algunos dirigentes que encabezaron la protesta, más centrados en la realidad, como Victoria Garibaldi, líder del Sindicato Nacional Indigenista, reclamó que, “los salarios son muy bajos”. Las agrupaciones sindicales disidentes como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), El Sindicato de la UNAM, también reclamaron derechos perdidos.

Desfilaron otros grupos que no tienen que ver con organizaciones sindicales, como la feministas, socialistas, y anarquistas que abandonan los sindicatos y exhiben otros tipos de presencia pública, porque los sindicatos han perdido la capacidad de protesta, de representatividad y de conducción de la conflictividad social, ya no tienen influencia social, al contrario, su desprestigio está llegando al límite.

Para quien quiere verlo, los líderes sindicales mexicanos han estado y están claramente del otro lado, no del de sus agremiados, el senador Tereso Medina es un ejemplo nítido de la perpetuación de un liderazgo inservible para los trabajadores y de un enriquecimiento a costa de ellos por las firmas de los contratos colectivos de protección y el desempeño en cargos públicos como el que ahora ostenta, además de la defensa a las iniciativas a las leyes secundarias sobre la reforma a la justicia laboral que comprende el tema del outsourcing con el que se generalizaría la tercerización en el país y que fueron desechadas.

¿Ha visto usted alguna vez un pronunciamiento en contra de los bajos salarios y de la precarización del trabajo obrero por parte de los líderes del oficialismo, CTM o CROC?

La eternización de los liderazgos sindicales son un lastre para los trabajadores, los líderes se ocupan de perpetuar los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales; hasta la Coparmex admite que el actual salario mínimo no se alinea al rango de bienestar, por lo que debía de llegar al menos a 98 pesos diarios este mes (El Economista) ¿Cómo dijo?

En el siglo 21 la conmemoración del Día del Trabajo se convirtió en jornadas de repudio y reclamo a los gobiernos, en manifestaciones de irritación a causa de los despojos y los atracos de los que son objeto millones de trabajadores.

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