Un muy buen amigo mío qué milita en el Partido Revolucionario Institucional me pidió mi opinión sobre si Riquelme era, ya, de manera indiscutible el seguro candidato de ese partido a Gobernador del Estado, me comenta que en el sector oficial, es decir en el Gobierno priista, esto se da como un hecho, solamente se espera los tiempos pertinentes para su formalización.
De entrada le comente que en el sector oficial este era el comentario público o abierto, pero que en confianza muchos funcionarios muestran sus serias dudas o su puntual inconformidad, todos coinciden en que cualquier manifestación o comentario en contra los arriesgaría a ser sancionados o inclusive dados de baja, igual pasa con quien no obedece la ridícula línea para manejarse en redes sociales.
Desde luego, es la intención del Gobernador Moreira, algunos dicen que de su esposa la Diputada Viggiano, y lo que evidentemente sucede es que Rubén ha decidido jugar inexplicablemente de manera total este proyecto no obstante los múltiples riesgos, su complicada viabilidad y las amplias inconformidades.
Es claro que el mecanismo que permitió que el segundo Moreira fuera gobernador no es, en lo absoluto, válido en las actuales circunstancias, qué el presidente de la República fuera de otro partido y la necesidad de esconder las vulgares trapacerías fue lo que hizo posible esta aberrante y lamentable, para el estado, decisión del primer Moreira.
La urgencia de contar con un encubridor es, no solo la misma, sino mayor, ahora se tienen que esconder los ilícitos de dos sexenios, y quien mejor que un cómplice de mínimos méritos y perfil, a quien le quede claro que si esto se logra, será solamente por el “empeño y la decisión” de Rubén, y solo a él le deberá consideración, protección y agradecimiento. Es decir IMPUNIDAD.
Pero ahora el Presidente es del mismo partido y será él quien tome la decisión y en las reglas no escritas de ese partido, al gobernador cuando mucho, si goza del afecto del Presidente, se le permite opinar. Cuando el presidente tiene un preferido ese será indiscutiblemente el candidato, sería el caso del Dr Rogelio Montemayor, si no es así el procesamiento involucrará al Pdte. del CEN del PRI, al Secretario de Gobernación y opinarán los líderes de las fracciones Priistas en el Senado y en la Cámara de Diputados, tal vez el Presidente consulte con algún amigo o funcionario de alto nivel originario de la entidad correspondiente.
En este sentido se vuelve muy importante saber quién de los aspirantes cuenta con el apoyo de alguno de los que sí estarán involucrados en el mecanismo.
Alejandro Gutiérrez es desde luego un afín al Pdte. del PRI, y participa en el escenario de él, si es útil al proyecto de Manlio, rumbo a la candidatura presidencial, desde el gobierno de Coahuila, será sin duda un fuerte y serio aspirante. Habrá que esperar para saber los resultados del PRI el próximo mes.
Enrique Martínez podrá contar con las buenas opiniones de los Secretarios de Economía y de Desarrollo Social además de las fortalezas de su padre y una buena imagen.
Hilda Flores tiene un buen trabajo en el Senado, el tema de género le significa una real fortaleza además del apoyo de Emilio Gamboa quien parece siempre jugar junto con Manlio.
Javier Guerrero tendrá múltiples apoyos, ciertamente Rosario Robles y Enrique Martínez pero esta en el radar del Pdte. del PRI, del Secretario de Gobernación, de los líderes de las cámaras y sobre todo del Presidente de la República.
Jericó Abramo además de un buen posicionamiento en el estado parece cercano a Cesar Camacho destacado integrante del equipo del Presidente (Atlacomulco) y sin duda tendrá las ventajas y desventajas de Humberto Moreira.
Miguel Riquelme tendrá estrictamente las fortalezas y las debilidades de Rubén Moreira, es su proyecto y para bien o para mal sus posibilidades serán las que las condiciones del Gobernador le puedan conseguir.
Roman Alberto Cepeda no obstante militar en el PRI, yo lo veo como candidato Independiente como repudio a un esquema de imposición de Riquelme, en esta condición pretendería aprovechar la inconformidad en ese partido, sobre todo considerando el comportamiento “disciplinado” de los demás aspirantes y un buen nivel de relaciones en el estado, característica importante debido a la regionalización de la entidad.
Tereso Medina, definitivamente la CTM es su fortaleza, no es un asunto menor considerando que Coahuila se resolverá en un escenario configurado por la elección del 2018, con un nuevo y, al parecer, menos disciplinado o condescendiente líder nacional, un enorme déficit de posiciones para la organización que intentarán disminuir, su condición de Senador y dirigente destacado en su sector lo puede convertir en el promocionable preferente del sector obrero y Coahuila en la entidad adecuada para cumplir el compromiso y conservar unidad y cordialidad en ese Partido.
La muy relativa importancia que desde el centro le dan a Coahuila implica que el foco de atención será el Estado de México y el hecho de que el Presidente no tenga especial o personal preferencia permite suponer fundadamente qué puede imponerse la lógica del menor problema y en ese sentido buscar a quien menos polariza, con quien menos inconformidad se dé, quien pueda soportar una mejor negociación de inclusión con los demás y quien no genere o genere menos impacto negativo en el contexto nacional.
No es difícil que en la elección exista un escenario de muy alta competencia o de condiciones desfavorables al PRI qué prospecte conflicto y si el escenario nacional presenta complicaciones de cara a la sucesión no será la primera ocasión en la que el PRI decida abrir una válvula de escape y resolver por un candidato que ofrezca poca resistencia, que permita la alternancia y termine con el Moreirato disminuyendo el efecto negativo que representa de cara a la elección presidencial y por los expedientes abiertos en España y Estados Unidos.
Ante la fragilidad y debilidad de Riquelme considerando la complejidad de elementos que rodean la decisión, el Gobernador optó por apostar a la encuesta como factor de argumentación esperando que sea determinante por eso el enorme esfuerzo y mayor gasto para posicionar a Riquelme, sin embargo, la ponderación de la misma no ha traído, para el, buenas noticias, el resultado no se corresponde con el afán, se multiplican los negativos, su crecimiento es lento y tortuoso, sus afinidades duras son las mismas de siempre, se ha convertido en el enemigo de todos los demás aspirantes, el único que polariza, y su candidatura significaría el “tercer Moreira”, convertiría la elección en un plebiscito, – esta de acuerdo o no con el Moreirato-.
Además por sus antecedentes electorales el Gobernador no podrá argumentar qué “es el único que gana“, dado el control total qué sobre la estructura tiene deberá ponerla a disposición de quien sea el candidato, cualquier otra posición seria considerada como insubordinación con sus correspondientes consecuencias.
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