Aquella vieja práctica y buena costumbre, de que los ex Presidentes de la República y los ex Gobernadores de los estados se iban a descansar de la política, al término de sus mandatos, ha quedado atrás. Las formas escritas y las de respeto han variado. Ya nadie se va, ya ninguno se calla, todos siguen llevando agua a su molino y se meten en el terreno del actual. Cuando ellos eran, la regla se cumplió. La cumplían otros.
Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, no solo no se conforman con el caro rol de ex Presidente y las pensiones millonarias, parecen andar en campaña. Declaran de todo, en toda ocasión y están detrás de temas financieros y políticos. Salinas de Gortari apoya a Enrique Peña Nieto ante cualquier resfriado polaco y vamos que está bastante agripado. Se refiere a sus libros donde se empeña, con letra muerta, en reivindicar a su gobierno (ese de un pasado cercano y doloroso).
Zedillo Ponce De León dogmatiza y pontifica cada tiempo para no perderse, habla a nombre de trasnacionales o da conferencias cobrando millones en eventos patrocinados por EEUU; todo a la luz de los medios de comunicación.
Fox Quezada se enfrasca en diferendos mediáticos, anuncia sus inversiones multimillonarias en energéticos o presume su rancho y fundación y las instalaciones ostentosas de su Centro Fox.
Calderón Hinojosa es el coordinador de campaña de su esposa Margarita, para bien y para mal de la señora Zavala Gómez del Campo (la señora quiere ser Presidenta). Ello le da motivo a Felipe para aparecer en sitios y lugares públicos y hablar de todo y dejar la mesura del anonimato (es el más reciente ex Presidente, ello lo obliga más).
En Coahuila seguramente como sucede en otros sitios del país, los ex mandatarios andan sueltos.
Eliseo Mendoza Berrueto (ex gobernador más antiguo) aceptó ser Diputado Local plurinominal y sucumbió al hecho de ser el “´líder” del poder legislativo, lo que en formas reales, es ser empleado del gobernador. Pero le dio foco y tribuna, justificados, por tres años, un foco que no fue gratuito: le cancelaron nombramientos internos, le jugaron malas pasadas presupuestales cada vez que se mediatizaba, o hasta le cancelaron leyes en el cocedor, para que viera quien manda. Sus libros y otros empeños, le dan ocasión de placeo y presencia.
Rogelio Montemayor Seguí se dedica a sus negocios de energéticos y de autotransporte, entre otros. Luego aparece como director del Consejo Minero Estatal (Cluster Minero Petrolero de Coahuila) organismo paraestatal que lo ubica semidependiente del gobernador, (también afecto a esos negocios).
Quiso ser Rector de la Universidad, para ello lo hicieron crear una Fundación Universitaria y luego lo vetaron con un argumento estatutario menor (la UAdeC tiene rectores que no son egresado de ella, sin problema). Le gusta lo mediático. Claro que cada vez que sale al aire le reducen la nómina o le mandan protestas a la oficina o a los eventos. Sus empresas ganan licitaciones ante CFE o PEMEX.
Enrique Martínez y Martínez, tiene una vida política activa. Recién dejó de ser Secretario en el Gabinete Federal, cargo que ostentó por tres años. Ahora incursiona en la diplomacia como Embajador en Cuba.
Declara y aparece en convites y eventos. Su hijo, que lleva su nombre, siguió la cerrera del padre, o a ello se empeña. Le da pretexto para estar más que presente en los medios y en las redes. Sus negocios también son escaparate conveniente. Es el más mediatizado de los anteriores, su vigencia política lo justifica. Pero le gusta tanto el foco que hace enojar al inseguro mandatario, un día sí y otro también. Los enojos siempre se cobran con el hijo. Se le veta a los escalones subsecuentes en su ascendente carrera. Se habla de pactos no honrados por el gobierno en turno y el anterior, por Los Moreira.
El más reciente ex gober se cuece aparte. Humberto Moreira Valdés dejó a su hermano el cargo. “Haiga sido como haiga sido”, supondríamos que se alejaría para dejar gobernar al otro Moreira y que no importaría el parentesco, las formas habrían de seguir. Pero no…, el lodo de aquel sexenio infausto, del anterior, ha enlodado a todo este.
Pero, ahora no se mediatiza Humberto Moreira por bailar colombianas, comer tortas o garnachas o por besar novias en cada baile o por sus programas sociales (populares y populistas, pero que se extrañan) y sus puentes (obra pública: ayer de la gente, hoy de la deuda; pero que ya no hay). La nota se la lleva su pasado, tan reciente como ominoso. La MegaDeuda (que cada día que pasa aumenta y le sale más cola: fondos de pensiones, proveedores, negocios). Los trafiques, falsificaciones, prófugos, perseguidos por la DEA y el FBI, por el lavado en paraísos fiscales de ex colaboradores, por fichas en España y en Texas, por testigos protegidos en EEUU, por los conspiradores.
Por la cárcel donde fue a parar allende el mar, arrastrando por el fango ibérico y mundial, el poco prestigio de Coahuila que queda, el mermado del PRI y hasta el de México. Esa cárcel que lo evidenció y que le retrata como es, incluso ante los beneficiarios del dinero público que les dio en programas sociales. Esos fanáticos también saben leer y ven su enriquecimiento excesivo y los negocios, y los colaboradores embarrados, y su lealtad se diluye. En un afán de contrasentido, en vez de guardarse por respeto a los dolientes del daño financiero, se placea en medios y amenaza con ir a candidaturas y a ceremonias de expiación de sus pecados o de las injusticias de las que es objeto… al “manchar su honor”.
Jorge torres López fue un interino acomodaticio a los intereses de los Moreira. Casi no contaría pero hoy es prófugo de la justicia, con ficha de INTERPOL y seguido por la DEA. Participó de los negocios de los hermanos, les sirvió en todo, cargó con culpas propias y tantas ajenas y hoy, esta peleado con ambos, por querer hablar cuando traía la boca llena y las bolsas rebosantes. Le ha costado, su osadía (y complicidad con la familia equivocada), el prestigio de su emblemática familia y hasta penas familiares indecibles. Ya quiere estar en casa, pero en Saltillo. Ya no puede ir a “Conroe ni a San Antonio”. Jorge ya no quiere foco.
Separar a un Moreira del otro, es injusto e imposible.
Finalmente está el gobernador actual, Ruben, también Moreira, pero Valdez (con “Z”, …al final). Beneficiario directo del poder, del negocio, del dinero de la deuda, de los otros dineros; y de los otros negocios. Madamas en el gobierno anterior (de su incómodo hermano) y desgobernando ahora. Qué paradoja: manda sí, pero ayer y mandar tan poco y tan mal, ahora. (Mandar en su destiempo y desmandar en su tiempo). Solapar la deuda del hermano que le ata las manos a toda iniciativa, y por ser cómplice hasta el tuétano familiar, callar sus cuitas personales. La nueva deuda estatal aumenta en veinticinco mil millones MAS, sin contar los miles de millones pagados a los bancos, en estos 4 años “de ruben_ nadas”. La familia Moreira entera, viviendo del presupuesto y enquistada en los negocios al amparo del poder.
Los Exgobernadores andan sueltos en Coahuila y el gobernador, perdido en una mar endiablada y en humores de diablo. Navegando con la brújula descompuesta en aguas fangosas y del subdesarrollo estatal, (sin seguir ni mapa ni Plan Estatal). En una barca coahuilense: con las finanzas estropeadas, la inseguridad cabalgante, la política soterrada y la sociedad encabronada.
Pobre Coahuila, tan cerca la sucesión, pero eternos los meses. ¡Tan lejos de Peña Nieto y tan cerca de los Moreira! Los ex Mandatarios, sueltos y el actual, al garete.