Al menos 13 recolectores de trufas murieron al estallar una mina del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el norte de Siria, afirmó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
“Trece civiles, entre ellos mujeres (…), murieron al estallar una mina dejada por el grupo EI cuando buscaban trufas” en el desierto de la provincia de Al Raqa, antigua “capital” del EI, indicó el OSDH.
La ONG, con sede en Reino Unido, dispone de una amplia red de informadores en el terreno.
El grupo, que controló amplios territorios en Siria a partir de 2014, fue derrotado en ese país en marzo de 2019 por una coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos y aliada con las fuerzas kurdas.
Pero numerosos combatientes yihadistas se replegaron desde entonces en el desierto del país, donde colocaron muchas minas terrestres.
El desierto sirio es famoso por producir algunas de las mejores trufas del mundo, que alcanzan precios elevados en un país marcado por más de una década de guerra y una aplastante crisis económica.
Según la OSDH, los yihadistas del EI suelen atacar a los recolectores de trufa, un trabajo que puede representar un medio de vida muy atractivo. A pesar de las frecuentes advertencias de las autoridades, esta actividad de alto riesgo continúa.
Milenio