Al margen de la crisis sanitaria, el ensamble subió 18.4% a 254,251 vehículos, el segundo mayor de la década; buen segundo semestre impidió que la caída de la industria del 2020 superara la del 2009.
Tras ser declarada actividad económica esencial en junio en México –en Estados Unidos y Canadá siempre se consideró actividad esencial y, por lo tanto, nunca cerró–, la industria automotriz asentada en México inició su reactivación y ha conseguido hacerlo a buen ritmo.
El buen cierre de año –impulsado por la notable reactivación del mercado estadounidense– impidió así que el 2020 desbancara al 2009 como el peor año para la industria automotriz mexicana en lo que va del siglo –la caída del ensamble del 2009 fue de 28.3%–, a pesar de que la crisis económica del año pasado será más cruda que la de la crisis desatada por el estallido de la burbuja hipotecaria en Estados Unidos.
Del total de las unidades ensambladas, el 68.2% correspondió a SUV y pick up, vehículos cuya demanda en el mercado estadounidense se ha potenciado. El resto corresponde a la fabricación de autos ligeros.
La mayor producción fue de General Motors con 728,768 unidades; seguido por Nissan con 521,730 unidades y FCA con 442,107 vehículos, quienes también representan las mayores exportaciones, principalmente de camiones ligeros (SUV y pick up), con destino a Estados Unidos.
Del periodo de enero a diciembre del 2020, la marca que destaca en exportaciones es BMW al crecer 129.6%, seguido por 68% de Mazda y 66 de Mercedes Benz.
La reactivación del sector durante diciembre ya la esperaba la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que estimó hace un mes que la manufactura mexicana cerraría con una caída de 22%, no obstante, debido al repunte de las exportaciones de autos en diciembre, el impacto fue menor al lograr el 20.2% de disminución anual.
El Economista