La idea de festejar el “Día del niño” surgió el 20 de noviembre de 1959, cuando la Asamblea General de la ONU tuvo una reunión en Ginebra, Suiza, en la que decidió reafirmar los derechos de los niños, mediante la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención Sobre Los Derechos del Niño.
Aunque la celebración mundial es el 20 de noviembre, desde entonces cada país ha elegido un día especial para celebrar y organizar actividades, con el fin de ayudar a desarrollar el bienestar de los pequeños en todo el planeta.
En México, en 1916, en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz, tuvo su origen la celebración a nivel nacional; sin embargo, fue hasta el 30 de abril en 1924, que se acordó como oficial la celebración del día del niño, siendo presidente el general Álvaro Obregón y Ministro de Educación Pública, José Vasconcelos.
Esta decisión fue tomada con la finalidad de lograr reafirmar los derechos de los infancia y crear una infancia feliz para un desarrollo pleno e integral.
En 1924, cuando José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública celebró por primera vez el Día del Niño, exhortó a todas las instituciones a fomentar la fraternidad y la comprensión hacia esta población, así como a desarrollar actividades para la promoción de su bienestar de sus derechos.
El funcionario decía que había que hacer de cada escuela “un palacio con alma”, para que los niños pobres, descalzos y hambrientos vivieran en palacios las mejores horas de su vida y guardaran recuerdos luminosos.
Así pues, el objetivo de esta celebración es que se consagre un momento a la comprensión de la población infantil, fomentar su inclusión social y realizar actividades para la promoción de su bienestar y de los derechos a los que tienen acceso como seres humanos.
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