Ambas entidades firmaron un acuerdo para lograr la unión. Carlo Tavares, quien es director general de PSA, será el encargado de ‘tomar el timón’ de la nueva compañía.
Las juntas directivas de Fiat Chrysler y PSA Peugeot firmaron un acuerdo vinculante para fusionar las dos automotrices, según anunciaron las firmas este miércoles, creando la cuarta empresa automovilística más grande del mundo para afrontar los desafíos de los nuevos límites de emisiones y la transición a nuevas tecnologías de conducción.
El nuevo grupo estará dirigido por Carlo Tavares, que hizo hincapié en reducir costes como director general de PSA. El presidente de Fiat Chrysler, John Elkann, será presidente de la empresa fusionada, señalaron las dos compañías en un comunicado conjunto.
El director general de Fiat Chrysler, Mike Manley, seguirá trabajando en la compañía, pero no se ha anunciado en qué cargo.
No se ha decidido el nombre de la nueva entidad, según indicaron en una conferencia telefónica ejecutivos de las compañías, aunque tanto Tavares como Manley insistieron en que no era un “tema sensible”.
La operación se presentó en octubre como una fusión al 50 por ciento, aunque PSA tendrá un puesto más en la junta y a Tavares al timón, lo que daría a la automotriz francesa una posición dominante en el día a día.
Los ejecutivos estimaron que aplicar el acuerdo llevaría entre 12 y 15 meses. La maniobra crea un grupo con ingresos de casi 170 mil millones de euros y una producción de 8.7 millones de vehículos anuales, justo por detrás de Toyota, Volkswagen y la alianza Renault-Nissan.
Las automotrices mencionaron que la operación ahorrará 3 mil 700 millones de dólares al año, que se invertirán en “la nueva era de movilidad sostenible” y para cumplir las estrictas nuevas regulaciones de emisiones en todo el mundo.
El acuerdo no contempla el cierre de ninguna planta, según las empresas. Los ahorros se obtendrán compartiendo inversiones en plataformas de vehículos, motores y nueva tecnología, así como aplicando economías de escala a las compras.
Pero los directivos también señalaron que habría recortes, a concretar tras el cierre del acuerdo.
La nueva firma tendrá su sede legal en Holanda y cotizará en París, Milán y Nueva York.
Los ejecutivos restaron importancia al nuevo nombre y a la sede de la automotriz, pero ambas son decisiones simbólicas que dan muchas pistas sobre quién controla la situación, dónde estarán los departamentos de ingeniería y gestión y la importancia relativa de cada entidad en la nueva empresa.
Los gobiernos francés e italiano, así como los sindicatos, estarán pendientes de esas respuestas, dada la importancia de las automotrices en las economías de los dos países. El gobierno galo ayudó a rescatar PSA Peugeot en 2014 y posee una participación del 12 por ciento en la empresa francesa a través del banco estatal de inversiones.
En un comunicado, el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, describió la firma del acuerdo como “muy buenas noticias para Francia, para Europa y para nuestra industria automotriz. Supone un importante paso en la creación de un campeón europeo (…) para afrontar el desafío de la movilidad sostenible”.